Comienza la restauración del Teatro Principal de Zaragoza con carácter de emergencia después de los desprendimientos del pasado día 19. Las actuaciones durarán entre 3 y 4 meses. Las obras, a cargo del Ayuntamiento, se realizarán en las fachadas del Teatro que dan al Coso, a la calle Blasco y a la Plaza Jose Sinués. Se realizarán actuaciones de consolidación de las ocho estatuas de las Alegorías de las Musas, se revisará la cubierta y también diversas fisuras en los muros. La caída de una de las losetas de la fachada la semana pasada ha hecho que los técnicos hayan inspeccionado rapidamente las instalaciones para proceder a su restauración y evitar mayores desprendimientos.

Será una actuación centrada en reforzar la estructura y ornamentación del edificio, sin cambios físicos en la imagen de la instalación. Es la segunda actuación que se realiza en los últimos años en este teatro tras la retirada de las antiguas butacas para sustituirlas por otras más cómodas, aunque con un diseño muy similar. Sin embargo, estas no son la primeras reformas a las que hace frente el Teatro Principal.

EL PRIMER TEATRO PRINCIPAL O "LA CASA DE LAS FARSAS"

El edificio data de 1799 y fue diseñado por el arquitecto zaragozano Agustín Sanz. Desde entonces ha tenido numerosas transformaciones.

Tras su inauguración y hasta 1820 se realizaron pequeñas modificaciones, por ejemplo, la fachada se pintó al fresco y se instalaron varios balcones. Tras sufrir las consecuencias de Los Sitios de Zaragoza, en 1815 se procedió a redecorar los elementos que se habían visto afectados. También se confeccionó un nuevo telón y se instaló un taller de pìntura para ir mejorando las estancias secundarias del teatro y los servicios.

En 1828 se produjeron las primeras actuaciones importantes con motivo de la visita al teatro de Fernando VII. Se realizaron obras de mantenimiento y reparaciones, además de mejorar la pintura decorativa tanto exterior como interior. El gran cambio lo realizó José de Yarza en la fachada principal del teatro que da al Coso. Se dividió en un primer piso de acceso, un segundo piso con balcones cerrados y decorados en madera, y un tercero con el escudo de Zaragoza. La composición se mantiene, con algunas cambios, hasta hoy. Por entonces comenzó a recibir el nombre actual de "Teatro Principal". Hasta ese momento se llamaba La Casa de las Farsas. En su interior se eliminaron palcos para construir gradas con un mayor número de asientos.

LA PRIMERA REFORMA IMPORTANTE EN 1858

El propio José de Yarza realizó la primera reforma destacable del Teatro Principal en 1858. En el interior, se volvió a decorar la zona de los espectadores y se reordenaron las localidades para aumentar el aforo hasta las 1.800 personas. La fachada también se reformó y se cambió el alumbrado.

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LA REFORMA DE RICARGO MAGDALENA

A mediados del S. XIX, el Teatro Principal tenía problemas de goteras que ha sido uno de sus grandes inconvenientes a lo largo de los años. Y así, llegó la segunda gran reforma de estas instalaciones a cargo del arquitecto Ricardo Magdalena en 1890. Se inspiró en el teatro La Scala de Milán convirtiéndo al Teatro Principal en una de las instalaciones culturales más prestigiosas de España.

De nuevo, se actuó sobre la fachada y en el interior, la nueva decoración dio importancia a las pinturas del escenario y de sus laterales. En ellas se representa a los principales autores teatrales españoles. También hubo nuevos camerinos, pero la gran novedad de esta reforma fue la inauguración de la fachada del teatro por el lado de la calle Don Jaime que aún sigue presente a día de hoy con las actuales taquillas. Esto fue posible gracias al derribo de un bloque de pisos adosado al teatro.

LOS CAMBIOS DEL S.XX

En los siguientes 50 años se realizaron pequeñas actuaciones como la marquesina sobre la entrada del teatro en el Coso, la reubicación de las localidades o la creación de un espacio para orquesta. En los años 30 ya se hizo evidente que la instalación seguía necesitando reformas, pero la Guerra Civil pospuso cualquier actuación. La reforma fue inaugurada finalmente en 1940 con el diseño de Regino Borobio Ojeda. Con esta obra se amplió todo el Teatro Principal, dotando a la instalación de un amplio vestíbulo que se conserva actualmente y la fachada pasó a tener un aspecto más moderno. También se habilitó un salón de té y varios locales para tiendas cuya entrada se ubicaba en la Calle Don Jaime. Fue aquí cuando se introdujeron en la fachada elementos conocidos actualmente como las figuras de las Musas o los faroles.

En los años 60, se dio mayor importancia a la Plaza Jose Sinúes y con ello, se rehabilitó también esta zona de la fachada del Teatro Principal que presentaba un aspecto mucho más señorial y cuidado que el actual. La siguiente gran actuación fue ya en 1986 y quedó inaugurada en 1987, diseñada por José Manuel Pérez Latorre. Más que grandes cambios estéticos, en este caso, se trató de una reforma enfocada en la reparación de elementos de las fachadas o de los vestíbulos, además de proceder a modernizar infraestructuras como las escaleras o los aseos. Se remodeló la zona de camerino y almacenes.

Fuente principal: Universidad de Zaragoza

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