¿Recuerdas el antiguo cine Eliseos? El inmueble, declarado Bien de Patrimonio Cultural en 2009 es, desde este jueves, un McDonald’s. De la pantalla en la que en su día se proyectaron películas nace ahora la cocina de un restaurante de 842 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, distribuidos entre el sótano, la planta baja y la primera.

Este edificio histórico, ubicado en pleno centro de la ciudad (en el Paseo Sagasta, 4), llevaba cerrado desde 2014, 70 años después de su inauguración en diciembre de 1944, con la proyección de la película “Me casé con una bruja”, de René Clair. Ahora, después de dos años de obras, se ha reconvertido respetando el antiguo cine, uno de los pocos de mediados de siglo XX que se conservan en Zaragoza. Desde la calle sigue viéndose la marquesina, con el cartel de Cinema Eliseos. Debajo, las emblemáticas 'M' amarillas, logotipo de la cadena de comida rápida.

La fachada y el interior conservan los elementos protegidos. David Villalta, jefe de desarrollo de la compañía, asegura que ha sido "un proyecto arquitectónico complejo" y que se ha hecho "con el máximo respeto". "Las partes que no están son las que no estaban catalogadas, como las butacas; el resto, como los vestíbulos acísticos, plafones, artesonados, lámparas, pinturas... se ha respetado íntegramente", señala.

No se han puesto vinilos en las cristaleras y, en el interior, se han colocado vidrieras para proteger las paredes originales "y hacer compatible el espacio con un uso de restaurante". Las puertas de los baños siguen siendo las que tantas veces se abrieron cuando el Elíseos era un referente en los cines de la ciudad. Es el interior lo que se ha modificado para cumplir con las normas de accesibilidad.

Si eres una de las personas que un día estuvo sentada en una de las butacas del Elíseos, recordarás que el suelo estaba inclinado para facilitar la proyección. Ahora el suelo se ha nivelado para dejar un salón libre de obstáculos. El techo original se ha conservado en su totalidad, incluyendo el mítico plafón circular, así como las cornisas, la celosía y la lámpara central.

El resultado es un restaurante con un aforo para 245 personas, con 168 asientos. Supone la creación de 45 nuevos empleos. Para María José Sobradiel, la franquiciada que se ha hecho cargo del local, es su sexto restaurante en Aragón. "Es un honor poner en matrcha este restaurante tan especial, queremos que sea un referente, está en un entorno único", señala. Con este son ya 14 McDonald’s en Aragón, 11 de ellos en Zaragoza.

Junto a los elementos tradicionales del antiguo cine convive la última tecnología, con elementos de diseño propios de otros restaurantes como los de Nueva York. Cuenta con kioscos digitales, servicio a mesa para recibir cómodamente el pedido y un sistema con el que puedes cargar el móvil simplemente apoyándolo sobre la mesa. “Quiero hacer énfasis en la calidad del producto, y quiero que resulte una novedad y un placer para los zaragozanos”, insiste Sobradiel. La compañía no ha detallado a cuánto asciende la inversión en este local "por política de empresa", aunque sí admiten que se ha destinado “un 30% más” que para una franquicia estándar.

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FUNDACIÓN RONAL MCDONALD

La Fundación Ronald McDonald, entidad social de la propia compañía, pretende inaugurar próximamente una “sala familiar” en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, un espacio que dentro del complejo sanitario está destinado a acoger a familias durante el día cuando los niños tienen que asistir a tratamiento o consultas médicas. No hay fecha todavía, pero lo habitual es que estos proyectos tarden un año en ver la luz.

El dinero que se recaude este viernes con la venta de Big Mac este viernes se destinará a la Fundación, que cada año recauda un millón de euros en España. El pan llevará, además, forma de corazón, un distintivo que solo se hace en España durante la celebración de este día.

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