Convento, almacén y hospital: 800 años de historia que vuelven a abrir sus puertas en Zaragoza
Tras años de cierre, estas curiosas instalaciones se abren de nuevo al público y quieren convertirse en uno de los grandes atractivos turísticos de la capital aragonesa

Una de las primeras imágenes que se conservan del antiguo convento de San Lázaro
Zaragoza - Publicado el - Actualizado
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Tras varios años cerrado al público, el antiguo Convento de San Lázaro de Zaragoza vuelve a abrir sus puertas. Ahora podrá visitarse como un centro de interpretación que repasará los 800 años de historia de estas singulares instalaciones. La Asociación de Vecinos Tío Jorge del Arrabal retomará la gestión de las visitas guiadas realizando recorridos los primeros sábados del mes.
8 siglos de historia y 4 usos principales
El Real Convento de San Lázaro fue fundado en 1224 por la Orden de Nuestra Señora de la Merced, sobre una capilla anterior dedicada al mártir San Lázaro. Durante siglos fue un convento que tuvo como función principal la atención a leprosos y otros enfermos. Actuaba así como hospital cumpliendo una funciones clave de la Orden de Nuestra Señora de la Merced como es ayudar a los más necesitados.
Además de actuar como hospital, el convento era un centro religioso de referencia para la margen izquierda de la ciudad de Zaragoza. Tenía ocho capillas, tres sacristías, numerosos retablos y hasta una importante biblioteca.
Dentro de este convento había un pozo cuya agua era muy apreciada por su calidad y pureza. Servía para el uso cotidiano de las religiosas del convento y las personas que allí estaban hospitalizadas. En los alrededores del convento destacaban también sus jardines.
Con los enfrentamiento de los Sitios de Zaragoza en 1808 muchas instalaciones de la ciudad quedaron asoladas. Es lo que sucedió con el Convento de San Lázaro que sufrió graves daños. Fue utilizado como bastión defensivo por los zaragozanos en el norte de la ciudad. El ejército francés arrasó parte del convento, sobre todo la iglesia, en su intención de controlar la entrada a Zaragoza por el Puente de Piedra.

Pozo que servía de suministro en el antiguo convento de San Lázaro
Pocos años después, en 1835, con la desamortización de Mendizábal, el convento pasó a ser propiedad del estado. Se utilizó entonces como almacén para guardar grano, paja... Ya sin su titularidad eclesiástica, sobre las ruinas del antiguo convento se levantó en 1940 el Cuartel de San Lázaro. Ese cuartel prestó actividad durante 40 años para, en 1983, ser demolido y dar paso a redescubrir los restos arqueológicos de los 8 siglos de historia de estas instalaciones a orillas del río Ebro.

Ruinas actuales del convento de San Lázaro
Todos esos restos aún tardaron años en salir a la luz por completo y algunos se descubrieron incluso, por accidente cuando se estaban haciendo obras en la ribera del Ebro con motivo de la Expo de 2008 que se celebró en Zaragoza. Durante esas obras salieron a la luz la planta de los claustros, parte de la iglesia y otras estructuras del antiguo convento. En 2009 se habilitó por primera vez, el Centro de Interpretación de San Lázaro abierto para que zaragozanos y visitantes pudieran conocer la historia de este antiguo convento.
CIERRE Y RESTAURACION
El convento de San Lázaro se cerró durante la pandemia y ya no volvió a abrir sus puertas. Hasta ahora. Tras un proceso de limpieza y restauración este enclave patrimonial, situado junto al Puente de Piedra de Zaragoza, vuelve a abrirse al público.
"Queremos que este espacio recupere su valor como patrimonio e historia de la ciudad, además de que pueda ser visitado por multitud de turistas. Antes de su cierre, recibía unas 2.000 visitas al año", comentaba la consejera de cultura, Sara Fernández.
Para poder abrir de nuevo sus puertas, el Convento de San Lázaro se ha visto sometido a un lavado de cara que ha incluido actuaciones de conservación, limpieza y acondicionamiento para las visitas.
Con estas obras se han resuelto problemas de filtraciones de agua, humedades, goteras... Además, se ha actuado sobre el deterioro en los restos arqueológicos haciendo especial hincapié en la protección del claustro del pozo y del lucernario que lo ilumina.
A todo ello se suma la colocación de paneles informativos y explicativos del desarrollo histórico del convento y sus diferentes usos a lo largo de los siglos. Además, se ha instalado una rampa en la puerta de entrada al centro de interpretación.