Arranca la restauración de la fachada de la Basílica de Santa Engracia de Zaragoza
Las obras se prolongarán durante 6 meses antes de afrontar una segunda fase sobre la histórica portada del siglo XVI

El arquitecto Fernando Alegre explica en COPE todos los detalles de la restauración en Santa Engracia
Zaragoza - Publicado el - Actualizado
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La Basílica de Santa Engracia, uno de los monumentos más importantes de Zaragoza, comienza una reforma histórica. Tendrá dos fases: la primera, sobre la fachada, arranca esta semana con el montaje de los andamios, que se prolongará durante varios días. Se va a actuar desde el zócalo hasta las dos torres que flanquean el templo. Serán 6 meses de obras.
A principios de 2026 veremos cómo se retiran esos andamios para dar paso a un segundo equipo, que actuará sobre la portada, una de las joyas del renacimiento aragonés, obra de Gil Morlanes El Viejo y que terminó su hijo, Gil Morlanes, en torno a 1517.
En COPE hemos podido hablar con el director de restauración de la primera fase, el arquitecto Fernando Alegre. “Estamos hablando de una fachada del siglo XVII, del maestro de obras Fray Vicente Bazán, un arquitecto de la orden de los Jerónimos, de hecho, la Basílica es lo que queda del gran conjunto del antiguo convento de los Jerónimos de Santa Engracia”, ha explicado.
Lo que hoy vemos es una actuación barroca sobre un conjunto medieval. En las torres se conservan vestigios de esta época.
HUMEDADES Y REFORMAS
Se van a hacer trabajos de limpieza, saneado y restauración de la fábrica de ladrillo y los elementos de piedra de las cornisas. El mayor problema, asegura Alegre, son las humedades, "tanto por las escorrentías de agua de lluvia que circulan de forma un poco incontrolada por la fachada, como por las humedades ascendentes procedentes del terreno y que han afectado a esta fábrica que es, básicamente, de ladrillo y yeso".
Un problema que no se pudo resolver con las restauraciones anteriores, como la que se llevó a cabo en 1993. Bajo la dirección entonces de los arquitectos Heliodoro Dols y Fernando Torra, "se hicieron reparaciones parciales y repintes para tapar las grandes manchas de humedad, que volverán a salir con esta nueva restauración".
A esto hay que sumar otras actuaciones anteriores. Y es que no hay que olvidar que en el verano de 1808, el conjunto fue muy dañado por los bombardeos de las tropas napoleónicas en la Guerra de la Independencia. "Casi un siglo después fue reconstruido, en unas obras dirigidas por el gran Ricardo Magdalena, y ya se hizo con otro tipo de ladrillo y una fábrica diferente que intentaba unificar el conjunto pero lo conseguía a duras penas", señala.
De hecho, la principal dificultad de esta actuación es que, bajo esa "apariencia homogénea de la fachada que le da la suciedad", se esconden varias intervenciones, con diferentes rejuntados de yeso que presentan deterioros diversos. "En el momento que empecemos con las catas de limpieza encontraremos partes muy diferentes y el resultado final no puede mantener esas diferencias, sería muy irresponsable porque afectaría al conjunto", asegura.
La parroquia de Santa Engracia promueve y paga esta primera fase de restauración en la fachada, con un coste que supera los 300.000 euros. Hasta que no termine, no podrá arrancar la segunda fase, la de la portada, que será financiada y dirigida por el Gobierno de Aragón. Conllevará otros 8 meses de obras. Así que tendremos que esperar hasta bien entrado el próximo verano para ver, por fin, la nueva cara de la Basílica de Santa Engracia.