El vino más desconocido de Aragón: "Escaso, pero exquisito"
Al hablar del vino en Aragón, es habitual que los primeros nombres que vengan a la mente sean Cariñena, Calatayud o Somontano

Venta D'Aubert
Teruel - Publicado el
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La vendimia de este año en Aragón ya está en marcha y se presenta con buenas expectativas. Se estima que la cosecha alcanzará alrededor de 114 millones de kilos de uva, una cifra ligeramente superior a la del año pasado. Las lluvias primaverales y las temperaturas moderadas han favorecido este escenario, lo que augura tanto una buena cantidad como una destacada calidad en los vinos de la región.
Este resultado positivo beneficiará a todas las figuras de calidad presentes en la comunidad, incluidas las seis Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), entre ellas la IGP Vino del Bajo Aragón.
La presidenta de la IGP Bajo Aragón, Julia Cajaraville, también gerente de la bodega la Venta D'Aubert en Cretas, ha compartido en COPE sus previsiones para esta campaña. Su bodega cuenta con 18 hectáreas de viñedo propio y comenzó la vendimia la semana pasada.
Según Cajaraville, la producción será media-baja en cantidad, aunque de excelente calidad, con uvas bien maduradas. Reconoce que algunas lluvias en momentos clave hubieran mejorado aún más la cosecha, pero aun así el balance es positivo.
No obstante, uno de los retos recurrentes que enfrentan es la pérdida de uva a causa de la fauna silvestre, principalmente jabalíes y corzos que habitan en los bosques que rodean los viñedos.
Comparado con 2024, la situación ha mejorado de forma notable. El año pasado fue considerado el peor en la historia reciente de la bodega, con una pérdida de alrededor del 75% de la cosecha debido a la sequía prolongada y a los daños de los animales. “Este año, aunque hemos perdido parte de la cosecha, estamos muy contentos en comparación”, explicó Cajaraville.
El reto de la visibilidad del vino turolense
Al hablar del vino en Aragón, es habitual que los primeros nombres que vengan a la mente sean Cariñena, Calatayud o Somontano. En cambio, el vino del Bajo Aragón y, en general, el de Teruel, suele pasar más desapercibido.
Cajaraville ha explicado que, a su parecer, esto se debe a varias razones. Por un lado, el menor número de bodegas y hectáreas cultivadas en la provincia; por otro, la percepción de que Teruel no es una tierra asociada al viñedo. Sin embargo, ha recordado que la tradición vitivinícola en la zona del Matarraña y del valle del río Guadalope es tan antigua como la de otras regiones aragonesas.
La bodega a Venta D'Aubert, que cumplirá 40 años en 2026, es un ejemplo de la persistencia de pequeños productores artesanales que han mantenido viva la viticultura en la zona.
Mirando al futuro: la apuesta por una D.O. Matarraña
Uno de los proyectos más ambiciosos en el horizonte es la posible creación de una Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Matarraña. Para Cajaraville, se trata de una apuesta estratégica que abriría las puertas a la internacionalización y daría un mayor reconocimiento a los vinos de la zona.
Una D.O.P. sería también un estímulo para el turismo enológico, aportando visibilidad fuera de Aragón y atrayendo a profesionales del sector. Además, supondría un incentivo para el relevo generacional en el campo, mostrando a los jóvenes que existe un futuro viable y de calidad ligado a la viticultura.
“Crear la D.O. probablemente incentive y motive a nuevas generaciones a ver que hay estabilidad y una apuesta por mantener el territorio, la identidad cultural y el paisaje agrícola”, ha destacado Cajaraville.
Actualmente, no solo las bodegas de la IGP Bajo Aragón están implicadas en este proyecto, sino también otras que hasta ahora no habían estado vinculadas a la asociación. Todas trabajan con el objetivo común de convertir este sueño en una realidad.