Un año de la llegada de 110 refugiados a un municipio de Teruel: "Un ejemplo"
El Ayuntamiento de Mora de Rubielos y la ONG Accem han un balance excelente un año después de la llegada de más de 100 personas en situación de vulnerabilidad

Teruel - Publicado el
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Hace un año, la localidad turolense de Mora de Rubielos recibía a más de un centenar de refugiados procedentes, en su mayoría, de Mali. Su llegada, a través de la Ruta Canaria y derivada del dispositivo de emergencia gestionado por la ONG ACCEM, generó en aquel momento un gran debate público. Doce meses después, tanto las administraciones implicadas como los vecinos del municipio coinciden en que el balance de esta experiencia es, en gran medida, positivo.
El delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, ha calificado como muy positivo el trabajo realizado durante este año. Destacó la labor de las entidades de acogida, que diseñan un itinerario personalizado de integración para cada refugiado, lo que ha permitido no solo su adaptación al entorno, sino también su incorporación al mercado laboral.
Beltrán subrayó que sectores clave de la economía, como la agricultura, la ganadería o la construcción, dependen en buena parte de la mano de obra extranjera: “Un porcentaje muy importante de la contratación y de las altas en la Seguridad Social corresponde a personas venidas de fuera de España, y sin ellas, determinados sectores laborales no se cubrirían”.
desde mora: convivencia y retos de espacio
El alcalde de Mora de Rubielos, Hugo Arquímedes, hizo balance de este primer año desde la perspectiva local. Según ha explicado en COPE, la convivencia ha sido tranquila y de concordia, con una integración notable de los refugiados en la vida social y cultural del municipio. Sin embargo, también reconoció ciertos desafíos derivados del número de personas acogidas:.
Por un lado, la saturación de instalaciones deportivas y de ocio. Los refugiados, con mucho tiempo libre y gran interés en participar en actividades, han generado una mayor demanda de espacios.
Y por otro, el incremento de población en época estival: durante el verano, cuando el municipio ya multiplica su población, la presión sobre las infraestructuras ha sido mayor.

En cuanto al empleo, el alcalde ha destacado que entre 35 y 40 refugiados se han asentado en Mora y alrededores, trabajando principalmente en obra, ganadería y agricultura, mientras que otros pocos se han incorporado al sector servicios. Aunque el idioma supone una barrera, su voluntad de integración ha facilitado el proceso. Una experiencia enriquecedora para la comunidad
Arquímedes ha resaltado también el valor humano de la experiencia. El contacto directo entre vecinos y refugiados ha permitido a muchos conocer de primera mano las duras vivencias de quienes llegan en patera o huyen de la guerra y la pobreza. Según el alcalde, este intercambio cultural y humano ha supuesto un crecimiento personal para los habitantes de Mora: “Quien ha querido participar en la experiencia se ha llevado una vivencia de un valor incalculable”.
Uno de los aspectos críticos señalados por el alcalde es la escasa ayuda institucional más allá del trabajo de ACCEM.
"un éxito"
Desde ACCEM, la valoración es igualmente positiva. La organización insiste en que el éxito no es solo suyo, sino también de las personas refugiadas, de la población de Mora y de toda la provincia de Teruel. Se ha logrado una inserción laboral eficaz, atendiendo tanto las necesidades del tejido empresarial como las capacidades previas de los refugiados.
Han encontrado empleo en hostelería, agricultura, ganadería, construcción, talleres de reparación y panaderías, siempre adaptando, en la medida de lo posible, su experiencia laboral previa. Destacan, además, la actitud proactiva de los refugiados, que raramente rechazan una oportunidad de empleo.
Un año después, la acogida de refugiados en Mora de Rubielos puede calificarse como un ejemplo de integración exitosa. Pese a los retos en infraestructuras y a la falta de apoyo de algunas administraciones, el esfuerzo conjunto del ayuntamiento, la ONG ACCEM, el tejido empresarial y la propia comunidad local ha permitido transformar un desafío inicial en una oportunidad de convivencia, aprendizaje y desarrollo socioeconómico.



