Lo que hace tan sólo una semana eran recomendaciones de pautas a seguir facilitadas por la Archidiócesis hispalense para intentar prevenir el contagio del coronavirus, se han convertido, sólo siete días más tarde, en una docena de disposiciones a cumplir, recogidas en un decreto que, en el día de hoy, ha firmado el Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo Pelegrina, ante la situación de emergencia que se está viviendo a causa del esta pandemia. Y es que no hay que pasar por alto que, en tan sólo 24 horas, se ha duplicado el número de infectados en nuestro país, superando los 4.000, y que, según el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en declaraciones realizadas en la tarde hoy tras anunciar la declaración del estado de alarma en todo el país, podría superar en los próximos días las 10.000 personas. Dios” por lo que “debemos cuidar de ellos racionalmente teniendo en cuenta las necesidades de los demás y el bien común”. Así, con el fin de detener la propagación de la enfermedad y atendiendo a las recomendaciones de las autoridades sanitarias y las indicaciones de las administraciones autonómicas y nacionales en esta crisis, Asenjo realiza una docena de disposiciones para la Archidiócesis de Sevilla.

En primer lugar se pide a todos los fieles “que intensifiquen la oración en favor de los enfermos y sus familiares, los profesionales sanitarios, como también por los difuntos” tanto en la eucaristía como de forma personal.

También ha ordenado “suspender todas las actividades de formación y catequesis para niños, jóvenes y adultos”, que se reanudarán cuando se retome la actividad docente en colegios y universidades de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Por lo que de momento estarán paralizadas hasta final de mes.

Del mismo modo, “todos los fieles cristianos en la Archidiócesis de Sevilla están dispensados de la asistencia a la celebración dominical”, recomendándose seguir la misa por radio o televisión, así como por internet; “haciendo la comunión espiritual, práctica tradicional de la Iglesia que podemos recuperar como medio de santificación y de comunión eclesial”.

A los sacerdotes les indica que han de celebrar diariamente la Eucaristía, “aunque sea con un número muy limitado de fieles e incluso sin ellos, ofreciéndola especialmente por las personas fallecidas y enfermas, y poniendo como intención la superación de esta pandemia”, al tiempo que les vuelve a recordar las pautas a las que deben atenerse durante dichas celebraciones, la mayoría de las cuales ya se indicaron desde la Archidiócesis hace una semana, es decir, suprimir el agua bendita a la entrada de los templos, suprimir el gesto de la paz, recibir la Comunión en la mano con la debida reverencia y lavarse las manos con jabón y usar gel desinfectante antes y después de la distribución de la Comunión.

También se posponen en este decreto arzobispal las celebraciones comunitarias del sacramento de la Confirmación para el tiempo de la Pascua y respecto a las celebraciones comunitarias de matrimonios, bautizos y eucaristías, así como funerales, “pedimos que se sigan las indicaciones de las autoridades sanitarias, con las recomendaciones que vayan proponiendo”. Recordemos que, a día de hoy, dichas recomendaciones son que el número de los asistentes a las celebraciones litúrgicas no sea superior al tercio del aforo de la iglesia y que se respete la distancia de seguridad mínima de un metro y medio entre las personas.

Con respecto a las Primeras Comuniones, previstas inmediatamente después de Semana Santa, desde la Archidiócesis “quedamos a la espera de las indicaciones que las autoridades sanitarias puedan hacer para ese tiempo”.

Igualmente, se recomienda a los sacerdotes que sigan ofreciendo el sacramento de la Penitencia, pero manteniendo la distancia recomendada, habilitando para ello, si fuese necesario, alguna sala o zona para llevarlo a cabo.

El Arzobispo de Sevilla suspende las celebraciones públicas de piedad popular en este tiempo de Cuaresma, previo a la Semana Santa, como viacrucis, retiros, conferencias y charlas cuaresmales. En lo que a los cultos internos de las hermandades y cofradías se refiere deja en manos de las respectivas Juntas de Gobierno “la potestad, y la responsabilidad consiguiente, de decidir sobre la supresión o celebración de los mismos”.

Asenjo ordena aplazar todas las actividades de tipo pastoral que no sean urgentes o estrictamente necesarias y ruega que los templos sigan abiertos, como habitualmente, para favorecer la visita al Santísimo y la oración personal.

En esta situación adversa, “tenemos el deber de seguir prestando atención espiritual y material a los enfermos, a los ancianos, a los pobres, a los niños y a las personas vulnerables” ha señalado el Arzobispo en su decreto, donde pide a sacerdotes y fieles que “si necesitan de los distintos servicios de la Curia diocesana, realicen su consulta, en una primera instancia, por medios telefónicos o por correo electrónico”.

En esta situación de auténtica excepcionalidad, Monseñor Asenjo ha monstrado su agradecimiento tanto a los sacerdotes por “su empeño en llevar a cabo estas recomendaciones en bien de los fieles”; como a las hermandades y cofradías de la Archidiócesis por “su respuesta ejemplar en estas desgraciadas circunstancias”. El decreto del Arzobispo de Sevilla concluye pidiendo “que vivamos esta Cuaresma singular como una oportunidad inesperada para la oración y la penitencia”.

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