Las tradicionales vajillas que todos tenemos en casa y que pronto dejarán de fabricarse: "Un outlet sería malvender"
La emblemática fábrica de loza, fundada en 1841, solicita la liquidación ahogada por las deudas, abocando al fin a un símbolo cultural de Sevilla y España

Sevilla - Publicado el
2 min lectura
Es probable que la hayas visto, y usado, en casa de tu abuela, incluso de tu madre, o que el rollo 'vintage' que tiene te guste para tenerla en casa. Son las famosas vajillas de La Cartuja que se producen en su histórica fábrica de loza. La Cartuja de Pickman, fundada en Sevilla en 1841, ha anunciado su cierre definitivo y, por tanto, la paralización de su producción, al menos tal y como se hace ahora.
La familia Zapata, propietaria desde 2014, ha solicitado la liquidación de la empresa ahogada por embargos de Hacienda y la Seguridad Social, una decisión que afecta a sus últimos 36 trabajadores, un vestigio de los más de 1.200 que la fábrica llegó a tener en su apogeo.
El comité de empresa, presidido por José Hurtado, ya ha anunciado que pedirá ayuda a las administraciones públicas para intentar salvar la actividad y el empleo. Los trabajadores temen que la verdadera intención sea deslocalizar la producción, ya que la liquidación solo afecta a la unidad productiva y no a la marca, que pertenece a otras sociedades de la misma familia.
Estamos atravesando una situación bastante complicada"
El anuncio no solo supone un drama laboral, sino también una pérdida sentimental para miles de familias. Las vajillas de La Cartuja son consideradas un emblema cultural, un símbolo de Sevilla y de España, y un patrimonio artesanal arraigado en la memoria colectiva.
Historia de una supervivencia
La historia de la fábrica es un relato de superación de crisis constantes. Fundada por el inglés Charles Pickman para evitar los aranceles de la época, vivió una época dorada que se extendió hasta 1926. Tras un largo declive, la empresa experimentó un renacer con la llegada de Rumasa en 1982, una etapa que los trabajadores más veteranos todavía recuerdan con añoranza.
Tras la expropiación de Rumasa, la compañía pasó por manos del Estado y de sucesivos grupos privados. Una de las etapas más duras fue cuando uno de sus propietarios intentó llevarse la producción a Marruecos, aunque finalmente se consiguió mantener la actividad en Sevilla hasta que en 2014 fue adquirida por la familia Zapata.
¿Qué pasará con la producción en stock?
Una de las primeras medidas que la dirección planea acometer es la venta del stock restante en un posible outlet. Según explican desde el comité de empresa, no existe un gran volumen de piezas, ya que en los últimos tiempos se trabajaba prácticamente bajo pedido.
Los trabajadores ven esta decisión con malos ojos. "Lo vemos mal porque entendemos que lo que va a hacer es malvenderse", ha asegurado José Hurtado. Consideran que esa producción, aunque sea poca, debería servir como activo para buscar una salida viable.
Lo que se va a hacer es malvenderse"

Algunas de las piezas que venden actualmente con la marca La Cartuja de Sevilla
La plantilla no pierde la esperanza y apela a un "milagro". Su propuesta es clara: ya que los actuales dueños no desean continuar, piden que la marca se ponga en manos de "un empresario sevillano o andaluz" que se comprometa a mantener la actividad en Sevilla y preservar este icono industrial y cultural.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.