

"En adelante, en lugar de 'soy feminista porque soy socialista', habrá que decir 'soy feminista, aunque soy socialista'"
Jorge Bustos repasa el caso de las denuncias contra el líder del PSOE en Torremolinos después de las de Paco Salazar
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Hay gente que no sabe defender sus ideas sin tener el ceño permanentemente fruncido y suelen militar en los extremos, en un bando y en otro, ultraizquierda y ultraderecha, los trumpistas y los 'wokistas'. Y dentro de estos últimos, dentro del movimiento woke, yo diría que a la cabeza de ese movimiento se ubica el feminismo radical. Y esta ideología en la última década ha fagocitado a la izquierda hasta el punto de sustituir la lucha por la igualdad material de las clases trabajadoras, que era la bandera clásica de la izquierda, por la lucha de género, la lucha de las mujeres contra los hombres. Y esa lucha es un germen de fanatismo, porque a las mujeres les dicen que el feminismo radical dará sentido a su vida entera y resolverá todas sus frustraciones y les dará el culpable que necesitan, que es el varón.
Y como siempre que surge el fanatismo detrás de aparece la hipocresía, en este caso la hipocresía de los supuestos aliados. ¿Quiénes son los aliados? Los aliados son esos hombres progresistas que se fustigan muy aparatosamente por el hecho de haber nacido varones, es decir, agentes del patriarcado y violadores en potencia. Pero ellos juran que están cambiando. Se esfuerzan por lavar la culpa original, por deconstruir su masculinidad tóxica. Pero, ¿sabes qué pasa con los aliados? Que a estos tíos las mujeres de izquierdas los tienen cada vez más calados. Saben que son peores que los machistas de toda la vida, incluso, porque a los machistas de toda la vida al menos se les ve venir.
Te cuento todo esto por el caso Paco Salazar, claro, pero también por el caso Monedero y por el caso Errejón y por el caso Tito Berni y claro, por el caso Ábalos. "Soy feminista porque soy socialista", decía el recluso José Luis. Pero ojo, él no es una excepción, más bien parece la regla en los perfiles de poder del sanchismo. Se conoce que a Pedro le gustaban así, o le gustan así, o se conoce que al coche de Pedro cuando lo echaron de Ferraz, solo podía subirse lo peor de cada casa. Por eso va a haber que reformular esa afirmación de Ábalos. En adelante habrá que decir, "Soy feminista, aunque soy socialista”, porque no paran de salir casos de machismo sanchista, empezando por el fundador de la secta. Mira lo que le dejó contado el propio Ábalos a Ok Diario que hoy se publica: “Yo también podría hablar de muchas personas que han hecho comentarios machistas. Claro que sí. Nadie está excluido, ni el propio presidente de esos comentarios. Nadie”.
El líder del PSOE en Torremolinos
Cuidado, Pedro, cuidado que tu gran desconocido igual te conoció demasiado y puede acreditarlo. Pero es que es una detrás de otra. Ahora tenemos un nuevo caso, el del líder del PSOE en Torremolinos, en Málaga. Se llama Antonio Navarro y ha sido denunciado por una militante socialista a la que no paraba de mandar mensajes babosos, claramente no deseados ni consentidos por su subordinada, que al final no tuvo más remedio que presentar una de denuncia por acoso sexual a la Secretaría de Organización del Partido en Málaga.
¿Y qué crees que pasó con esa denuncia en el seno del PSOE en el partido presuntamente más feminista de España? ¿Qué pasó? Pues sí, lo que estás pensando. La denuncia llegó a Ferraz. Ferraz la metió en un cajón y dejó pasar los plazos en los que debía resolver. Pasaron los meses, lo mismo que con Salazar. Denuncia al cajón y a esperar a que escampe, o a que las denunciantes se cansen, pero lo la militante de Torremolinos no se cansó y encima acudió a la fiscalía a la fiscalía de Málaga, que ayer, 6 meses después de que la víctima denunciara su caso al partido, 6 meses después, confirmó la apertura de diligencias y solo cuando la fiscalía se ha movido ha reaccionado el PSOE malagueño que ha pedido. ahora sí. a la Ejecutiva Federal que suspenda cautelarmente de militancia al tal Navarro. Te suena el modus operandi, ¿no? Lo mismo que pasó con el Errejón, lo mismo, lo mismo que está pasando con Salazar.
Los partidos de izquierdas, por muy feministas que se digan, luego no se aplican en eso de 'Hermana, yo sí te creo' hasta que el caso ya está en los tribunales o en los medios de comunicación. Sobre todo si el afectado, que es un presunto acosador, es una figura importante del partido, como lo era Errejón en Sumar o como lo era Monedero en Podemos, o como lo era Paco Salazar en Ferraz y en la Moncloa. Otro hombre fuerte del presidente al que estuvo a punto de nombrar secretario de organización del PSOE este verano en sustitución de Santo Cerdán, si no llega a ser porque las militantes socialistas alzaron la voz y ahora, claro, Salazar pues igual pasa a ser un gran desconocido para Pedro Sánchez en su dimensión personal, ¿verdad?
El papel de Adriana Lastra
Son las propias militantes socialistas enfadadas y con razón las que ahora culpan a María Jesús Montero de proteger a su amigo Salazar, colaborador de tantos años en el socialismo andaluz. Y son las propias militantes las que se niegan a que el asunto se cierre en falso una vez más después del bochorno del expediente extraviado y de la rehabilitación de Salazar por la puerta de atrás, a través de una consultora de asesoría externa. Por eso, algunas como Adriana Lastra, que ya denunció en su día los comportamientos machistas de Ábalos y que acabó siendo purgada por Santos Cerdán, Lastra ahora exige que se lleve el caso Salazar a la Fiscalía.
Ojo a Adriana Lastra, de momento sigue en Asturias, pero veremos si no acaba volviendo pronto a la política nacional y jugando un papel importante en el post sanchismo, precisamente por la autoridad que le concede haber sido apartada por los machistas que mandaban en su partido que aún mandan durante toda la etapa sanchista. Pero seguro que te has preguntado por qué, por qué tantos políticos de izquierdas que presumían de un feminismo ejemplar revelan una doble vida que contradice por completo su discurso. Fíjate en el procesado Errejón que ha pasado de manifestarse el 8M a creer ciegamente ahora en las denuncias falsas. ¿Sabes por qué pasa esto? Porque como resulta humanamente imposible estar a la altura de un discurso tan fanáticamente moralista, tan poco matizado, tan alejado de la idea del perdón, de la empatía entre sexos; en vez de cambiar el discurso o atreverse a refutarlo, muchos hombres de izquierda lo adoptan en público, pero optan por separar radicalmente la teoría de la práctica.
Predican unas consignas y luego esconden su conducta, que es opuesta a esas consignas de género. De cara al electorado venden un feminismo furibundo, tolerancia cero con el macho ibérico, pero de puertas para dentro sus partidos siguen siendo una verdadera reserva del patriarcado. Gente como Salazar cree que militar en la izquierda ya les da carta blanca para comportarse en la vida real como el sargento más chusquero del franquismo. Y en medio de este cenagal va el Instituto de las Mujeres, que depende del Ministerio de Igualdad, por cierto, publica un informe de 20 páginas pagado con dinero público, claro, para quejarse de que los chavales digan 'charo' en las redes sociales.
Ya sabes que esta palabra se usa para burlarse de las feministas radicales que se pasan el día abroncando al personal con el ceño fruncido y el dedito levantado. Bueno, pues según este informe, decir Charo constituye nada menos que un mecanismo de violencia simbólica que deslegitima el feminismo. Mira no, ministra, lo que deslegitima el feminismo es tu gestión de las antimaltrato de AliExpress que desprotegen a las víctimas. Lo que deslegitima el feminismo es la ley del 'Sí es sí' que soltó a 100 violadores y rebajó las penas de más de 1000. Lo que deslegitima el feminismo es que no paren de aumentar las denuncias por agresión sexual en España y tampoco baje el número de crímenes machistas a pesar de todos vuestros chiringuitos.
Y lo que deslegitima el feminismo es que el PSOE de Ábalos, Koldo, Tito Berni, Antonio Navarro y Paco Salazar, socio del partido de Iglesia, Monedero y Errejón pretenda seguir dándonos a todos lecciones de tolerancia cero con los machistas.



