¡¡Ojalá solo sean sueños!!

La inesperada decisión de Morante de la Puebla de poner fin a su carrera taurina, tomada en pleno ruedo venteño de la capital, nos dejó —como a tantos otros— entre la incredulidad y el deseo. Incredulidad, porque cuesta creer que un torero de su dimensión diga adiós; y deseo, porque todos anhelamos que esta retirada sea solo un paréntesis, un descanso merecido antes de su regreso a los ruedos para seguir impartiendo lecciones de arte y torería en las plazas más importantes del orbe taurino.

En el programa 'Tarde de Toros' que presentan Carlos Crivell y José Luis López se comentó que esta decisión podría ser fruto del cansancio, de la tensión acumulada tras una temporada exigente. Morante ha toreado siempre desde la verdad, sin concesiones, sin relajarse jamás. Esa pureza —su mayor virtud— también le ha llevado a estar demasiadas veces a merced del toro, sufriendo cogidas de gran peligro. Porque no se puede torear como Morante y salir indemne todos los días.

Durante la emisión, varios oyentes expresaron diferentes opiniones sobre la noticia:

Antonio Lorca (El País) destacó la “locura colectiva” que se vivió el lunes en Las Ventas.

Jesús Bayort (Canal Sur) opinó que “la decisión se gestó en la mente del torero mientras se vestía de corto para el festival matinal”.

Juan Ortega recordó una corrida en Linares, donde alternó con el maestro: “Salí de allí lanzado, con ganas de torear en todas las plazas de España”.

Ramón Valencia, empresario de la Real Maestranza de Sevilla, señaló que será difícil reemplazarle: “En los últimos años, venía siendo el sostén de la feria”.

Fernando Cepeda, siempre cercano al toreo, confesó: “Viví un día muy intenso en la capital. Para mí, Morante es un genio. No he visto un torero mejor”.

Justo Hernández, ganadero de Garcigrande, expresó su orgullo y tristeza: “Es un honor que lidie mis toros, pero siento pena por su retirada; ya se me está haciendo largo el tiempo desde que se cortó la coleta”.

Todos, sin excepción, coincidieron en algo: la esperanza de que este adiós sea solo simbólico. Que el gesto del corte de coleta quede como una pausa, y que la próxima temporada Morante de la Puebla vuelva a los ruedos para seguir asombrando al mundo con su arte eterno.