Se trata de una de los platos más tradicionales del recetario andaluz. Una de esas elaboraciones que resultan perfectas para entrar en calor en un día de frío. Es sin duda una buena opcion para disfrutar en familia o solos. Y lo que es mejor, de una olla podemos sacar platos diferentes: un buen caldo, unas croquetas o una sopa de picadillocon huevo duro y pan frito.
Sin embargo, en ocasiones el caldo no resulta todo lo consistente que nos gustaría. Para evitar este error, a continuación desvelamos uno de los secretos de nuestras abuelas para obtener un caldo lleno de sabor.
Lo primero que debemos tener en cuenta son los garbanzos. Debemos huir de los que ya vienen cocidos. Lo ideal es utilizar garbanzos crudos y ponerlos en remojo la noche antes. Los vertiremos en una fuente de tamaño grande y les echamos agua fría. Debemos cubrirlos por completo y no debemos olvidar que aumentarán su tamaño, por lo que no debemos rebosar la fuente de legumbres.
Otra de las claves para conseguir un buen puchero es lo que llamamos "avíos". Es decir, la carne y los huesos que echamos a la olla para que nos quede un caldo lleno de sabor. Debemos añadir gallina, hueso de jamón, pollo y tocino. Y no debemos olvidar lavarlo todo bien antes de añadirlos a la olla junto con los garbanzos.
Debemos tener en cuenta que estamos ante un plato muy nutritivo, ya que solo los garbanzos son una fuente de hidratos de carbono, proteínas, fibra, sodio, calcio, hierro, potasio y vitaminas. Además, entre las verduras que añadimos destacan las patatas, zanahorias o el repollo, muy beneficiosas para nuestra salud.
Un truco para cocinar la carne: los cocineros recomiendan partirla antes de echarla en la olla. Una vez que tengamos la carne y los garbanzos echaremos la verdura. El orden es importante, porque de esta forma el hueso de jamón y el resto de ingredientes irán dando un intenso sabor al caldo antes de que echemos las verduras. Se trata de un truco que debemos tener en cuenta si queremos un puchero con mucho sabor.
Otra de las recomendaciones que debemos tener en cuenta: cuando veamos que una espuma blanca cubre toda la olla, debemos retirarla con una espumadera. Se trata de la grasa que va soltando la carne, por tanto debemos ir retirándola cada cierto tiempo para que el plato sea muy sabroso pero no quede grasiento. El resultado, un plato muy equilibrado de la dieta mediterránea.