El sorprendente efecto positivo de la desaladora de Marbella: “Ha mejorado algo que nadie esperaba”

El sorprendente efecto positivo de la desaladora de Marbella: “Ha mejorado algo que nadie esperaba”
Málaga - Publicado el
4 min lectura13:28 min escucha
La posidonia oceánica es una de las joyas invisibles del Mediterráneo. Este ecosistema marino, vital para la biodiversidad y para la calidad del agua, suele aparecer en titulares por su degradación y la amenaza que supone la presión urbanística o la contaminación. Sin embargo, en Marbella ha ocurrido algo inesperado: la planta desaladora del municipio, en lugar de perjudicar a la pradera submarina, ha tenido un efecto positivo en su recuperación.
Una planta clave para la sostenibilidad
La desaladora de Marbella se construyó con el objetivo de garantizar el suministro de agua en la Costa del Sol, especialmente en épocas de sequía. En los últimos años, su papel se ha vuelto fundamental para afrontar la escasez hídrica, que afecta a la población local y al turismo. Lo que pocos imaginaban es que, junto con este beneficio en tierra firme, también estaría generando un impacto positivo en el mar. “La desaladora de Marbella ha ayudado, de manera inesperada, a que la posidonia en la zona mejore su estado de conservación”, explica Paco Franco, director de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Universidad de Málaga (UMA).
El papel de la posidonia
La posidonia oceánica no es un alga, sino una planta marina con raíces, tallos y hojas que forman densas praderas en el fondo del mar. Estas praderas cumplen varias funciones esenciales. Por un lado, oxigenan el agua y fijan CO₂, actuando como auténticos pulmones marinos; por otro lado, favorecen la biodiversidad, sirviendo de refugio y alimento a numerosas especies de peces y moluscos y, en tercer lugar, protegen las playas, ya que sus hojas muertas se acumulan en la orilla y reducen la erosión. Sin embargo, según explican los expertos, en el Mediterráneo, estas praderas han retrocedido hasta un 30 % en las últimas décadas por culpa de la contaminación, el fondeo indiscriminado de embarcaciones y el aumento de la temperatura del agua.
¿Cómo ayuda la desaladora de Marbella?
El caso de Marbella se ha convertido en un ejemplo llamativo porque rompe el prejuicio de que toda intervención humana en el mar es negativa. “Lo que hemos comprobado es que el vertido controlado de la desaladora genera una corriente que favorece la oxigenación y la dispersión de nutrientes, y eso está beneficiando directamente a la posidonia”, detalla Franco. Este resultado, fruto de la observación y el trabajo de investigadores de la UMA, demuestra que las infraestructuras hidráulicas pueden convivir con la protección ambiental si se gestionan con rigor científico.
Un modelo a seguir
El hallazgo de Marbella está despertando interés en otros municipios costeros que dependen de desaladoras. La clave, según Paco Franco, está en el diseño responsable: “Controlar la salinidad del vertido para que nunca supere los niveles que la posidonia puede soportar”, precisa en una entrevista en COPE MÁS Málaga. Los científicos han detectado que es clave elegir cuidadosamente la zona de descarga, de forma que las corrientes dispersen “el agua sin concentrarla en un solo punto”. De la misma forma, recomiendan mantener una monitorización constante del ecosistema para detectar a tiempo cualquier cambio.
Beneficios para Marbella y la Costa del Sol

La posidonia oceánica está en regresión desde hace medio siglo, según un estudio de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que señala que la extensión de esta planta submarina en el Mediterráneo podría haber disminuido un 38 por ciento desde los años 60 del siglo
Más allá del impacto ecológico, la noticia tiene un valor añadido para Marbella y la Costa del Sol. La recuperación de la posidonia puede convertirse en un atractivo turístico vinculado al buceo y al ecoturismo marino, sectores en crecimiento. Además, refuerza la imagen de Marbella como destino sostenible, un aspecto cada vez más valorado por los viajeros internacionales. “Que Marbella pueda decir que su desaladora ha favorecido la mejora de la posidonia es una gran noticia también para el turismo, porque pone en valor un mar más limpio y saludable”, añade Franco.
Retos de futuro
No obstante, el director de la Cátedra de Ciencias del Litoral advierte de que no hay que caer en la autocomplacencia: “Este es un caso positivo, pero la posidonia sigue en peligro en muchas zonas del Mediterráneo y necesitamos una protección integral que incluya controlar los fondeos, reducir vertidos contaminantes y afrontar el impacto del cambio climático”. La posidonia oceánica es un tesoro que asegura el futuro del Mediterráneo. Que una desaladora —a menudo vista con recelo por su consumo energético y sus impactos ambientales— haya favorecido su recuperación en Marbella es una lección de esperanza. Este caso subraya que la innovación tecnológica y la protección del medio ambiente no tienen por qué estar enfrentadas. Al contrario, pueden complementarse y generar resultados sorprendentes.



