Nos situamos en plena calle del municipio malagueño de Antequera. Era una jornada laboral normal, sin novedades, para dos agentes de la Policía Local. De repente escucharon unos gritos y a continuación vieron como tres personas corrían hacia ellos con un bebé de 12 días en sus manos. Estaban desesperados, el bebé se había atragantado y se estaba ahogando. No respiraba. En ese momento los agentes senfrentaron a una situación contrareloj en la que estaba en juego la vida del pequeño.
LOS PADRES ESTABAN EN SHOCK
La agente de la Policía Local de Antequera Laura Martín, se topó con la situación “los padres estaban en shock. No podían hablar, sólo gitar y llorar, por lo que no pudimos obtener ninguna información. Sólo pudimos comprobar que el bebé no respiraba”. Lo primero que hizo Laura es llamar a una ambulancia para que acudiera al lugar. Mientras tanto, su compañero cogió al bebé, lo puso en su antebrazo boca abajo y comenzó a practicarle una maniobra para que volviera a respirar. Laura también ayudaba en la maniobra “yo le metí un dedo, que casi no cabía, en la boca del bebé para intentar extraerle lo que estuviera provocando el ahogo”. Afortunadamente, a los pocos segundos en bebé abrió los ojos, y reaccionó “mi compañero sintió en su brazo la respiración del pequeño”, asegura Laura,
EL DÍA MÁS DIFICIL
Sin duda, los padres del pequeño no olvidarán jamás este día. Laura tampoco "fue horroroso. Ha sido una de las experiencias más difíciles y extrañas de mi vida. Gracias a Dios salió todo bien”. Inmediatamente lo trasladaron a un centro hospitalario donde se hicieron cargo del bebé.