Tés e infusiones para abrazar el otoño: energía, calma y bienestar en cada sorbo

El otoño tiene un encanto especial. Es esa estación en la que bajan las temperaturas, vuelven las tardes de sofá y manta, y el cuerpo nos pide cosas que reconforten. Dejamos atrás los refrescos del verano y redescubrimos el placer de una taza caliente entre las manos, ese pequeño gesto que equilibra el cuerpo, calma la mente y alegra el alma. 

Y es que el otoño huele a canela, miel y cítricos, a sobremesas largas y a momentos tranquilos. Es la época ideal para disfrutar de los tés e infusiones más deliciosos y beneficiosos, esos que nos acompañan en el cambio de estación y que ya forman parte de nuestro día a día

En las mañanas frescas, cuando el aire se cuela por las ventanas, no hay nada como empezar el día con una taza de té negro. Su sabor intenso y su toque de cafeína despiertan hasta al más dormilón. Muchos lo prefieren con un chorrito de leche o una pizca de canela, una combinación que convierte cualquier desayuno en un pequeño placer.

Pero si lo que buscas es algo más suave, el té verde con limón y menta se ha ganado el corazón de los amantes de las infusiones. Es ligero, antioxidante y aporta ese frescor cítrico que tanto gusta aquí. Es el té perfecto para media mañana o para acompañar una charla tranquila, y además ayuda a mantener el metabolismo activo.

Cuando el cuerpo pide un empujón extra, el té rojo entra en escena. Con su sabor terroso y sus propiedades depurativas, se ha convertido en el aliado perfecto para cuidarse después de los excesos del verano. En España se toma mucho tras las comidas, con un chorrito o una rajita de limón para hacerlo aún más digestivo.

Por la tarde, el cuerpo cambia de ritmo. Llega la hora del relax, y las infusiones sin cafeína se vuelven protagonistas. La manzanilla, por ejemplo, sigue siendo la reina indiscutible de las sobremesas. Su sabor suave, su efecto calmante y su poder digestivo hacen que siga siendo un clásico que nunca falla. No hay casa en España sin un paquete de manzanilla en la despensa, siempre lista para esos momentos en los que el cuerpo pide calma.

Junto a ella, la menta poleo mantiene su estatus de infusión tradicional por excelencia. Refresca, ayuda a digerir y despeja la mente. Es la que acompaña largas tertulias familiares o comidas o cenas copiosas. Un sabor que huele a hogar, a costumbre y a bienestar.

Cada vez más españoles también se animan con el rooibos, esa infusión dulce y sin cafeína que ha llegado para quedarse. Su sabor suave y amaderado combina de maravilla con vainilla o piel de naranja, y es perfecta para disfrutar antes de dormir o mientras ves tu serie favorita.

Para quienes buscan un toque más exótico, el té chai se ha convertido en el nuevo protagonista de los días grises. Su mezcla de té negro con especias como canela, jengibre, clavo y cardamomo envuelve los sentidos con su aroma cálido. Muchos lo preparan con leche de avena o almendra, logrando un chai latte cremoso que sabe a otoño en estado puro.

Y si prefieres algo más delicado, el té blanco es tu mejor opción. Su sabor floral, su suavidad y su alto poder antioxidante lo convierten en una joya perfecta para los momentos de calma, acompañado quizá de un trocito de pera o una pizca de canela.

Claro que el otoño también es época de cuidarse por dentro. Por eso el jengibre con limón se ha vuelto tan popular en España: refuerza las defensas, ayuda con los resfriados y deja una sensación de energía natural que viene genial cuando los días se acortan. Y para quienes disfrutan de los sabores vibrantes, el hibisco aporta color y alegría con su tono rojizo y su toque ácido, además de una buena dosis de vitamina C.

Así que este otoño, prepara tu infusión preferida. Ya sea té verde con menta, rooibos con vainilla o la clásica manzanilla de toda la vida, recuerda que en cada sorbo hay un gesto de bienestar, sabor y felicidad sencilla. 

Porque si hay algo que sabemos los españoles, es que las mejores cosas del otoño se disfrutan despacio… y mejor aún, con una taza entre las manos.