
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Con la mayoría de edad de la Heredera de la Corona, doña Leonor de Borbón, la Constitución prevé que prestará juramento ante las Cortes Generales para guardar y hacer guardar la Constitución y acatar fidelidad al Rey. Su padre, Felipe VI, prestó este juramento hace 37 años. El 31 de octubre de 2023 pasará a nuestra historia como un día relevante, lleno de significado para España, porque representa la solemne expresión del compromiso de quien encarna la continuidad de nuestra Monarquía Parlamentaria. La belleza y elegancia del acto de Estado, acompañado de la cuidada y emocionante liturgia institucional, con las miradas de complicidad y cariño de la protagonista doña Leonor con el Rey, la Reina y la Infanta Sofía representa una señal de esperanza dentro de la mayor crisis política de nuestra reciente democracia. Hasta ahora, la Princesa de Asturias, de Girona y de Viana resultaba un tanto desconocida. Ha cobrado protagonismo con su ingreso en la Academia General Militar de Zaragoza y en el desfile del Día de la Hispanidad; entonces hemos descubierto la faceta más humana y personal de la futura Reina de España.
Salta a la vista su expresión luminosa y de alegre juventud, contenida por las exigencias del cargo que representa. Con 18 años, con este bautismo institucional, ha demostrado una notable madurez, con una puesta en escena que roza la excelencia. Le espera una preparación y formación intensa y exquisita, como fue la de su padre, quien le transmitirá el conocimiento de la historia de nuestra Nación y el buen hacer para ejercer la Jefatura del Estado. Habla inglés y francés y sigue estudiando chino y árabe. Conseguirá el respeto y liderazgo ante todos los españoles con su ejemplaridad personal; de esta forma se postulará como símbolo de la unidad y permanencia, en árbitro neutral y moderador de las instituciones. Su Alteza tiene en el entorno familiar modelos en quien fijarse; otros le servirán de escarmiento para lo que no debe hacer, pues llegaron a poner en entredicho la Corona. Al concitar en ella todas las miradas, pide un voto de confianza cuando demanda: “Confíen en mí”. El pueblo soberano español, representado en las Cortes Generales, le brindó tras su juramento un prolongado e interminable aplauso de cuatro minutos. Parece como si nos encontráramos inmersos en un cuento maravilloso de princesas, pero también confluyen personajes malvados como representa Disney con Cruella de Vil, la madrasta de Blancanieves, la Reina Grimhilde o Jafar en Alladdin; todos ellos capaces de lo que sea con tal de conseguir su ambición. El lenguaje corporal del presidente en funciones Sánchez resultaba premonitorio al acariciar codiciosamente el trono de Leonor antes de su juramento, hasta que le situaron en el lugar correspondiente.
Éste le ofreció la lealtad del Gobierno; la de los tres ministros que se ausentaron con descortesía. El día anterior se consumó en el Parlamento Europeo la foto de la infamia entre el prófugo Puigdemont y Cerdán, el número 3 socialista, bajo un cuadro del golpe de estado en Cataluña, que recordaba la Rendición de Breda de Velázquez. La Princesa Leonor acaba de recibir una primera clase teórica de Felipe VI, siguiendo a los Padres de la Constitución: Peces Barba, Miguel Herrero de Miñón y Miguel Roca; de someterse al Estado de Derecho y el respeto a la separación de poderes.
La clase práctica comenzó el 1-O de 2017 cuando el rey exigió cumplir y respetar la Constitución; el Tribunal Supremo condenó a los intervinientes en el golpe de estado del “procés”. Su Alteza doña Leonor comprobará que su labor entraña una enorme dificultad y sacrificio, porque el próximo Gobierno está empeñado, como manifiestan 8 vocales del CGPJ, “a abolir el Estado de derecho”, “a convertirlo en objeto de mercadeo” (aprobar la ley de amnistía a cambio de los siete votos que necesita de JxCat para investirse presidente); o como dice la Asociación Profesional de la Magistratura, constituye “el principio del fin de nuestra democracia”. La Princesa sin malicia dirá que para eso está el Tribunal Constitucional. Y habrá que explicarle, Alteza, 7 magistrados (nombrados por este Gobierno) aprueban la inconstitucional ley de amnistía frente a 4 conservadores. Entonces, pensará que lo resuelva el TJUE, porque afecta al Derecho de la Unión Europea; Señora, si ni siquiera somos capaces de arreglarlo nosotros... Una princesa Bailando con lobos.



