Huelva prepara su camino hacia los pies de la Virgen de la Bella
La hermandad filial de la capital se consolida como la más numerosa de la provincia en una romería que une fe, tradición y raíces familiares.

Rosa María Pedro Muriel, hermana mayor de la filial de la Virgen de la Bella de Huelva
Huelva - Publicado el - Actualizado
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La devoción a la Virgen de la Bella se despliega cada año desde distintos puntos de la provincia de Huelva, pero hay una filial que destaca por su creciente participación y su capacidad de reunir a hermanos procedentes de diversas localidades. Es la Hermandad Filial de Nuestra Señora de la Bella en Huelva capital, que se prepara para una nueva edición de la romería con ilusión y organización.
Rosa María Pedro Muriel, hermana mayor de esta filial desde hace años, confirma que son la más numerosa de la provincia, por encima de otras como la de Isla Cristina o incluso asociaciones emergentes como la de Sevilla. “Tenemos alrededor de 150 a 170 hermanos”, afirma, y muchos de ellos provienen no solo de la capital onubense, sino también de municipios cercanos como Lepe, Cartaya o La Puebla.
Los preparativos, que arrancan con intensidad a partir del mes de marzo, implican una logística que culmina con la salida desde el barrio del Polvorín, una imagen ya emblemática de las celebraciones de mayo en Huelva. “Llevamos unos años en los que la hermandad ha crecido bastante en torno al día de la salida”, señala Rosa. De hecho, este año cuentan con unas 20 a 22 carretas en la comitiva.
La hermandad fue constituida oficialmente en 2010, lo que significa que en este 2025 celebran 15 años de existencia. Una fecha simbólica que casi roza la “mayoría de edad”, como comenta con cariño su hermana mayor.
El recorrido hasta Lepe es exigente. Salen desde el Polvorín y atraviesan calles como Puebla de Guzmán, Guatemala y Avenida Sundheim. Por primera vez este año, pasarán por la puerta del Ayuntamiento. Luego continúan hacia la avenida Pío Baroja, la Hermandad de Emigrantes y cruzan el Puente Sifón, para finalmente llegar a Lepe, tras un itinerario que incluye Corrales, Aljaraque y Cartaya. La llegada está prevista alrededor de las 10 de la noche al cuartel de la Guardia Civil, aunque Rosa advierte que, debido al aumento del número de participantes, cumplir el horario es cada vez más difícil. “Ya estamos barajando hacer noche en el camino”, reconoce.
Esta devoción no se limita a quienes viven en Lepe. Rosa explica que muchas personas han heredado esta fe de padres y abuelos que emigraron desde el municipio, lo que ha permitido que la devoción traspase fronteras geográficas. “Yo era chiquitita cuando mi madre me llevaba a la romería. Ella me inculcó esta devoción, y yo se la he transmitido a mis hijos y a mi nieto”, relata emocionada. La frase “donde hay un lepero, hay una Virgen de la Bella” cobra sentido con historias como la suya, que reflejan cómo la fe se hereda y se renueva con cada generación.
Tras la llegada a Lepe, la hermandad pasa la noche y el sábado acompaña a la Virgen en su camino a la ermita. Es un momento de hermandad, recogimiento y celebración que resume el sentido profundo de esta romería: una mezcla de fervor religioso, sentimiento comunitario y memoria familiar.
La hermandad de Huelva se prepara para una nueva cita con la historia y la fe. Una cita que, más que una tradición, es un legado que sigue vivo gracias al compromiso de sus hermanos y al amor incondicional a la Virgen de la Bella.