Antonio Gallardo, desalojado por el incendio en Jabugo: "Las llamas tenían 10 metros de altura y desde la N-435 se veían como si estuvieran detrás"
Las llamas fueron provocadas por las tormentas sufridas en la Sierra de Huelva y obligaron a desalojar a más de 240 personas de las aldeas de Los Romeros y El Quejigo. El fuego está ahora estabilizado y se trabaja en su extinción.

Testimonio de Antonio Gallardo, vecino de Los Romeros desalojado durante el incendio
Huelva - Publicado el - Actualizado
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En la tarde de ayer, la tranquilidad de la pequeña localidad de Los Romeros, en Jabugo, se vio alterada por un incendio que se originó apenas dos minutos después de que un rayo impactara cerca de las aldeas de Los Romeros y El Quejigo.
Antonio Gallardo, gestor de la casa rural Rana Verde, cuenta que él y su pareja —propietaria del establecimiento— decidieron abandonar el lugar incluso antes de que la evacuación fuera ordenada oficialmente. “Vemos el fuego muy rápido y salimos inmediatamente. Las llamas ya alcanzan diez metros de altura en los árboles”, describe. Su primera reacción fue rescatar a una tía de más de 90 años y dirigirse hacia la carretera nacional, justo cuando los primeros camiones de bomberos llegaban a la zona.

Las llamas del incendio que afectó al termino municipal de Jabugo
En ese momento, las dos casas rurales que gestionan estaban ocupadas por sendas familias, que también fueron desalojadas. Gallardo explica que la decisión de evacuar se toma principalmente por el humo y la posibilidad de que el viento cambiara de dirección. Afortunadamente, en esos primeros minutos, el aire soplaba hacia el oeste, alejando el fuego de las viviendas más cercanas.
La evacuación afectó a más de 240 personas, realojadas en distintos puntos, como el pabellón municipal o instalaciones en Aguas Ceñidas y La Magdalena. Gallardo destaca la organización del operativo: “La atención es excepcional. El Ayuntamiento y los vecinos ponen sus casas, comida y todo lo necesario a disposición de quienes lo necesitamos. La solidaridad es enorme”. También se prestó especial atención a las personas mayores y a quienes olvidaron su medicación, con ayuda de los servicios sanitarios y farmacias.
El fuego puso en riesgo, horas después, a la pedanía de El Quejigo, también evacuada por prevención. Sin embargo, gracias a la rápida intervención de dos furgones, dos avionetas y varios helicópteros, el incendio quedó controlado sin que hubiera heridos ni daños materiales en viviendas. “Se nos va parte del paisaje de la ladera norte, pero también es una oportunidad para ver cómo la vida vuelve a surgir”, reflexiona Gallardo.
Esta misma mañana, los vecinos y visitantes han podido regresar a sus casas. Gallardo asegura que sus huéspedes recibieron el mismo trato que cualquier residente: “Todos hemos sido atendidos por igual”. Entre el susto y la pérdida ambiental, queda el alivio de que la historia no haya terminado en tragedia.