Se quejan de que pone la televisión muy alta en su casa de Granada y, al ver quién pone la nota, deja una respuesta que nadie se esperaba
Esta señora ha decidido responder de forma clara y concisa a una estudiante que se quejaba de que ponía la misa muy alta a las 9 de la mañana

El portal de una casa
Madrid - Publicado el
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En las comunidades de vecinos, convivir no siempre es fácil. Los pequeños gestos del día a día pueden convertirse en auténticas batallas cuando se trata de compartir espacios, ruidos o costumbres. Desde madrugadas con muebles arrastrándose hasta perros que no dejan de ladrar, los motivos de discordia son variados… y muchas veces, inesperados.
Uno de los más frecuentes es el volumen al que cada uno decide disfrutar de su hogar. Lo que para algunos puede ser relajante, para otros puede resultar una auténtica molestia. Y ahí es donde nacen las notas anónimas, esos mensajes escritos con más o menos educación que aparecen pegados en ascensores, portales o tablones y que, en muchos casos, no tardan en viralizarse por lo surrealistas, graciosos o contundentes que pueden llegar a ser.

El volumen al que ponemos la televisión puede llegar a ser molesto para otros
LA QUEJA DE UNA ESTUDIANTE CON UNA VECINA... POR PONER LA MISA MUY ALTA
Esta vez, el escenario del “conflicto vecinal” es un edificio de Granada. Y la protagonista, una vecina que, cada domingo por la mañana, pone la misa en la televisión a todo volumen. Lo que podría parecer un detalle sin importancia, ha terminado desatando una escena digna de comedia costumbrista.
La historia se hace pública gracias a la cuenta de X (antes Twitter) @LiosdeVecinos, especializada en compartir notas reales y curiosas surgidas de la vida en comunidad. En la imagen publicada, se puede ver una hoja escrita a mano en letras mayúsculas, colocada en el ascensor, dirigida directamente a la vecina en cuestión.
“Para mi querida vecina que pone la misa a las 9 de la mañana todos los domingos”, comienza la nota, con una mezcla de cortesía y crítica. A continuación, el mensaje se suaviza con cierto humor: “Reza un poco por mí para aprobar exámenes. Un beso”.
Estudia más y no hagáis ruido con botellones”
LA GENIAL E INESPERADA RESPUESTA QUE HACE LA VECINA
Lo que nadie esperaba es que la vecina respondiera. Pero lo hace. Y de forma tajante. Justo debajo del texto original, alguien —presumiblemente ella— ha escrito con bolígrafo azul y en minúsculas: “Estudia más y no hagáis ruido con botellones”. Una frase breve, pero cargada de intención. Porque, lejos de disculparse, la vecina aprovecha la ocasión para lanzar su propio reproche.
Y así, lo que parecía una queja educada se convierte en un cruce de indirectas entre generaciones: por un lado, la señora que disfruta de la misa como parte de su rutina; por otro, la joven que intenta estudiar por la mañana (posiblemente después de una noche de fiesta, según deja entrever la nota) y que se ve despertada por el volumen del televisor. Ambos, al final, reclaman lo mismo: respeto y tranquilidad.

La respuesta de esta señora ha sido muy aplaudida en redes
Este intercambio ha generado todo tipo de reacciones en redes sociales. Algunos usuarios apoyan a la señora, defendiendo que tiene todo el derecho del mundo a ver la misa en su casa. Otros, sin embargo, se alinean con el vecino joven, recordando que el ruido, venga de donde venga, puede ser molesto si impide descansar.
Lo cierto es que esta historia es un buen reflejo de los desafíos diarios en las comunidades de vecinos. A veces, lo que para unos es sagrado (como puede ser una misa dominical), para otros se convierte en una fuente de conflicto. Y viceversa: lo que algunos viven como ocio, para otros es una falta de respeto.
Este tipo de situaciones no son nuevas, pero la forma en que se difunden sí lo es. Las redes sociales se han convertido en el altavoz perfecto para compartir estos mensajes que, muchas veces, combinan queja y creatividad a partes iguales. Desde peticiones educadas hasta respuestas sarcásticas, los tablones y ascensores de los edificios se están transformando en verdaderos foros de expresión vecinal.
Y si bien estas notas pueden hacernos reír desde fuera, también nos invitan a reflexionar sobre cómo nos relacionamos con quienes viven al otro lado de la pared. Mientras tanto, la vecina seguirá viendo la misa y, quién sabe, puede que siga rezando por los exámenes del joven del cartel. Aunque eso sí… que estudie más, y que la fiesta no se note tanto.