Va a un bar de Guipúzcoa y lo que se le ocurre hacer tras la barra provoca que la jefa llame a la Policía: no es robar
Un incidente que dejaban las protagonistas en una reseña de Google y que ha recogido la cuenta de X @SoyCamarero

Bar en Beasain
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¿Tienes planes para este verano? Seguro que, aunque no tengas muchísimos días de vacaciones o te los estés guardando para más adelante, tienes algún plan que quieres hacer en estos días de calor.
Por supuesto, en plena ola de calor y con estas altas temperaturas, lo que más te puede apetecer es huir del calor y encontrar un lugar fresquito en el que refugiarte. Es, por tanto, muy normal que en esas huidas quieras ir, en caso de estar en España, al norte.
Las escapadas a Asturias, Galicia o el País Vasco ya son un habitual de muchos españoles, que prefieren rebajar las temperaturas ambientales y añadir una chaqueta o cazadora a su maleta, huyendo del calor extremo.

Una imagen de la playa de Salinas, una de las más concurridas de Asturias
Otro de los métodos para refugiarse del calor es el de salir a una terraza que esté a la sombra o a un bar, en donde puedas tomar una bebida fresquita y un refrigerio y disfrutar del aire acondicionado.
Y ya, si puedes aunar estos dos métodos, has ganado. Sin embargo, hay quien no lo considera así, y se queja de lo que pasa en uno de los bares. Que se lo digan a una clienta que fue a un bar de Beasain, en Guipúzcoa.
Lo que pasa tras la barra por lo que llaman a la Policía
La cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero, se dedica a recopilar diferentes anécdotas, incidentes y ofertas que afectan al sector de la hostelería. Tanto es así que, en muchas ocasiones, soluciona la vida de muchos, clientes y camareros.
Diariamente cuenta anécdotas y pide a los usuarios que participen dando su opinión, pero hay algunas en las que es imposible posicionarse. Esta anécdota, probablemente, podría ser una de ellas.
Esto pasó en un bar de Beasain, en Guipúzcoa, y quedó reflejada porque la clienta y la jefa decidieron expresarlo en una reseña de Google. Todo comenzó cuando la clienta fue a este bar con su hijo.
Al parecer, ella quería unos sobres de azúcar para ella y su hijo, pero no lo hizo del método más correcto. Aún así, su versión es un poco diferente a la que luego contó la jefa.
“Por coger cuatro azucarillos , muy mal trato y mala educación. La jefa mantiene una actitud muy chulesca, además de querernos cobrar y mentir diciendo que no tienen hojas de reclamación cuando no es así, tuvimos que llamar a la policía” contaba esta clienta.
“No voy a volver y espero que te haya caído una buena multa” llegaba a decir en la nota.
Ni corta ni perezosa, la jefa decidió contestarle con su versión que, sinceramente, difiere un poco. “Cogió cuatro azucarillos metiendo la mano dentro de la barra, porque los tenemos en el interior de la barra (las cámaras están ahí y tenemos pruebas)” le empezaba diciendo.
“Se pidió que los pidiera usted y con muy malas formas se mofó de la persona que se lo dijo, y en ese momento se le invitó a no volver al establecimiento más” seguía.
Al final, le decía que lo de llamar a la Policía por ese hecho fue “bochornoso”.
La reserva que deja a los clientes sin palabras
Cuando llegas a un bar o a un restaurante que realmente te apetecía probar, y ves que no hay hueco, te da muchísima rabia. Y es que, muchas veces, el local funciona solo con reservas y tú no tienes una.
Sin embargo, aunque esto puede parecer algo malo, a veces puede ser hasta bonito. Es lo que le pasó a un cliente de un bar, como ha recogido la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero.
Y es que esta persona llegó a un bar y quiso sentarse en una de las mesas más apetecibles y, cuando llegó para hacerlo, se dio cuenta de que no podía porque ya estaba reservada. Pero lo cierto es que estaba especificado a quién estaba hecha la reserva.

La reserva de este bar
Ahí fue cuando se quedó sin palabras. Y es que encima de la mesa había una foto de la persona para la que estaba reservada y, además, venía con una nota. Era para un cliente habitual muy especial.
“Esta mesa está reservada de 11:15 a 12:15 mientras acudimos al funeral de un cliente habitual que tristemente falleció la semana pasada” empezaba diciendo la nota.
“Este era su sitio favorito. Aquí tienes un café para ti, José. ¡Te queremos!” acababa, con un café encima de la mesa.