Foto: Hermandad de las Angustias

En el año 1727 el almeriense Luis Pérez Navarro regaló a la Real Esclavitud de Nuestra Señora de las Angustias una espectacular custodia de 89 centímetros. La pieza procede de Quito, actual capital de Perú. La primera intención del donante fue entregarla a su localidad natal, Terque (Almería), con destino a una capilla que era de su propiedad. Sin embargo, la intervención sobrina, Francisca de la Cruz, y de su esposo, Agustín García de Quesada, permitió que el destino final fuera Granada. Para hacer efectiva esta donación fue necesaria una aprobación arzobispal y que la mencionada Real Esclavitud donara una pieza similar con destino a la citada capilla. Su procedencia hizo que desde aquella fecha hasta nuestros días, sea conocida como la Custodia del Cuzco, en alusión a la capital del Virreinato de Perú.

La plaza, cincelada con maestría y en parte sobre dorada, es el principal elemento de esta Custodia, destacando la presencia de las miniaturas de los cuatro evangelistas. Además, tiene incrustaciones de piedras precisas como perlas, rubíes y zafiros.

La Real Esclavitud fue una asociación religiosa establecida en la Basílica de la Virgen de las Angustias y que se fundó en 1615, setenta años después de la Hermandad de las Angustias. Durante el siglo XIX se dejan de tener noticias de esta corporación, que al parecer fue absorbida por la corporación que hoy rinde culto a la Patrona de Granada.

Esta Custodia formará parte de la exposición organizada por el Museo del Prado con el título de Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España, que recoge distintas piezas que durante la Edad Moderna llegaron desde el continente americano a España. Se inaugurará el próximo 5 de octubre y se podrá visitar hasta el próximo 13 de febrero.

Según se puede apreciar en la fotografía que acompaña esta información, la Custodia ya está instalada en la sala del Museo del Prado donde se podrá contemplar. Para su instalación se trasladaron a Madrid el Secretario de la Hermandad de las Angustias, Juan Guerrero y el Prefecto de ceremonias, José María Mingorance. Es la segunda vez que la pieza se muestra en una exposición. Con anterioridad, en 2017, estuvo en el Instituto de América de Santa Fe.