Un éxito de dimensiones incalculables. La permanencia del Cádiz FSF en Segunda División no puede quedar en el olvido por varias razones. La primera para aprender de lo que se ha hecho mal para llegar a la última jornada con tanto sufrimiento y sin depender de sí mismo. La segunda, por lo que supone para un histórico equipo de fútbol sala femenino quedarse en la segunda categoría nacional.

La victoria de las gaditanas ante el Roldán B y la derrota de Monachil en Ceuta obraron el milagro de quedarse en Segunda. Un mal final de temporada hizo que las chicas de Kiko Oliva fueran al límite en la última fecha del calendario, aunque finalmente se logró el objetivo.

En realidad, la agonía de la salvación lo ha sido más por lo acontecido en las últimas semanas, de mal en peor hasta llegar a una situación límite, que por lo sucedido en el momento de la verdad. De hecho, la victoria nunca peligró, ni siquiera cuando las murcianas se pusieron a un tanto del empate.

Dura temporada

"Hemos tenido muchos problemas durante toda la temporada. El coronavirus y la marcha del anterior entrenador han sido algunos de los problemas que hemos tenido que afrontar este año", explica Kiko Oliva, el actual entrenador. "Tenemos que aprender de los errores y preparar el equipo para la próxima temporada".

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii !!!!! NOS HEMOS SALVADO. #ErCadipic.twitter.com/CjbVDBS1Tp

— Cadiz FSF (@CadizFSFemenino) June 12, 2021

Emma, una de las veteranas del equipo y que se retira, reconoce que "en el último partido sufrimos hasta el final pero sabíamos que Monachil estaba perdiendo y eso nos ayudaba. Ha sido una temporada difícil pero al final tenemos la recompensa de haber conseguido el objetivo".

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