Todos suman para pensar en el ascenso directo (3-0)

El Almería ha recuperado la segunda plaza tras ganar de manera muy solvente (3-0) ante la Ponferradina. Los de Rubi se han 'aprovechado' de los pinchazos de sus rivales más directos en la lucha por el ascenso directo (Eibar y Real Valladolid), para colocarse entre dos y antes, precisamente, de jugar el próximo sábado en Pucela ante los que, tras esta jornada, se han 'intercambiado' las posiciones. El cuadro almeriense ha jugado su partido más sobrio desde hace mucho tiempo, con seguridad defensiva y, como decía su entrenador en la previa, con una calidad ofensiva que ha sido imposible de parar para los de Bolo.

Todo en un choque en el que todos han sumado. Desde los titulares hasta los que han entrado desde el banquillo y, especialmente, un público que ha sido un jugador más durante todo el choque. Sabiendo todos, profesionales y aficionados, que lo que pasara en la noche de este lunes en el Estadio de los Juegos Mediterráneos podía ser clave en la lucha por el ascenso directo. Tras dos jornadas sin ganar, habiendo perdido zona de privilegio, los de Rubi afrontaban la cita sabiendo que los marcadores les habían favorecido. Y no quisieron especular ni hacer ver que tenían miedo al fallo. Fueron a por todas.

Con un Sadiq que marcó el primero de la noche. Para adelantar a los suyos en una excelente jugada de Centelles por la banda izquierda. El lateral valenciano hizo olvidar a Akieme y jugó, quizás, uno de sus mejores partidos con la UDA. Suya fue la banda zurda, con el perfecto complemento de un Appiah que, también, se ha unido a la causa y jugando sus mejores minutos desde que vino al Almería hace algo más de dos años.

SADIQ Y ARNAU PUIGMAL

Junto a ellos, el de siempre. Sadiq está en estado de gracia. Algo así como Benzema para el Real Madrid. Todos los focos están para el nigeriano y los rivales no saben la forma de pararlo. Como tampoco supieron parar a la gran novedad en el equipo titular. Arnau Puigmal está siendo la revelación del Almería en esta campaña y, ante la Ponferradina, demostró de nuevo que tiene un sitio en el equipo inicial. Primero partiendo desde la banda derecha, para darle más libertad a Portillo por el centro, pero llegando al área contraria y ayudando en la parte del terreno de juego que el equipo así lo necesitara. Su gol fue la sentencia del choque y la demostración, por si sigue quedando alguna duda, que ha llegado para poner su nombre en la elite.

Con el 2-0, el Almería movió el banquillo. Esta vez sí que ayudaron los que entraron en el segundo tiempo. Nueva muestra de que todos aportaron. Con un Robertone que se ganó el centro del campo. Con un Eguaras que, además del gol, aportó serenidad a la salida del balón y en el pase. Con un Aitor Buñuel que cortó cualquier internada por su banda. Hasta con Lazo y Curro manteniendo el nivel. Todos se quisieron sumar al pensamiento de que el Almería debe estar, en la jornada 42, en ascenso directo y dejar siete años en la Liga SmartBank para comenzar una nueva etapa en la Liga Santander.

Pero eso será, si sucede, dentro de siete jornadas. En la próxima, duelo por todo lo alto. Visitando al Real Valladolid en la lucha por el segundo puesto y, según lo que haga el Eibar, también por el primero. Cuando ya los puntos no vuelven y todo cuenta para decidir si se logra el objetivo o hay que esperar al playoff final. Eso será el Sábado Santo. En el Lunes Santo, todo ha sido rojiblanco.