Dan color a la ciudad, nos impregnan de un aroma sensacional a azahar y embellecen las calles, pero nadie las quiere para su aprovechamiento alimentario. No suelen ser muy aptas para consumo humano. Las naranjas amargas que durante estos días se están cayendo al suelo y dejando los árboles huérfanos de fruto en Almería, se han convertido en el mejor abono natural para los parques y jardines públicos.

La concejal del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento capitalino, Margarita Cobos, ha explicado que “las naranjas urbanas suelen absorber sustancias contaminantes provenientes de los vehículos por lo que no se pueden comer. Por eso, nosotros lo que hacemos es considerar el fruto no como un residuo sino como un subproducto con el que producir compost”. Cobos indica que los operarios mezclan estos cítricos “con otros restos vegetales para reutilizar en los terrenos donde hacemos plantaciones en las distintas estaciones del año”.

La edil reconoce que en la ciudad “los naranjos apenas representan el 10% del total de árboles plantados” (unos 52.068) ya que sobre todo abundan palmeras (se contabilizan cerca de 10.500) y ficus. Aún así, el Consistorio en su afán por implantar un modelo de desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente, ha iniciado prácticas como la recogida de frutos para compostaje idóneo para cultivos y plantas.

Los almerienses se alegran, además, de que estas naranjas, nada comestibles, no terminen en la basura ni podridas en cualquier rincón u obstaculizando y llenando de suciedad aceras, plazas y calzadas.

Eso sí, en otras ciudades de nuestro país sí que se aprovechan los frutos para, por ejemplo, elaborar mermelada de naranja amarga, productos de dermocosmética natural, edulcorantes o remedios caseros pues ayudan a hacer la digestión y a conciliar el sueño. Y, al igual que las naranjas dulces, nos aportan vitaminas y fibra.

A lo largo del año está previsto que el área que dirige Cobos realice un inventario minucioso de todas las zonas verdes y árboles del término municipal, un programa de riego para calcular las necesidades hídricas y un control del arbolado singular, entre otras muchas mejoras.