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UD Almería-Girona (0-0): Picar y picar sin derribar el muro
El Almería se estrella ante un Girona que acaba con ocho jugadores, por las expulsiones de Ramalho, Cristóforo y Monchu. Casi 30 remates sin encontrar el premio del gol.

UDA-Girona (LALIGA)
Almería - Publicado el - Actualizado
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Rematar a puerta casi en una treintena de ocasiones. Que el rival acabe el partido con tres jugadores menos por expulsión. Siendo dominador del encuentro desde el inicio del choque hasta el último segundo. Prácticamente con el guardameta propio como un espectador más. Si todos estos condicionantes se dan en un encuentro de la Liga SmartBank, lo normal es que el resultado sea favorable al conjunto con todos estos aspectos a su favor. Pues no. Al menos, no en el UDA-Girona. El choque que medía este domingo a dos conjuntos que se vieron las caras en el pasado playoff de ascenso. Que tienen dos partidos menos que la gran mayoría de los equipos. Que no han comenzado bien, pero que están en pleno crecimiento en las últimas semana. Dos gotas de agua, en la previa, que han obtenido un punto cada uno de este enfrentamiento.
En el que el Almería ha sido el que ha tenido todos los condicionantes a su favor. Con un Girona que ha vivido el tramo final del choque como su fuese un muro infranqueable. Viendo que el conjunto inquilino del Estadio de los Juegos Mediterráneos ha ido picando y picando la piedra que tenía delante. Vislumbrando lo que debía ser el premio final después del muro. Pero sin poder perforarlo de manera completa. Es decir, sin obtener el gol que le hubiese dado los tres puntos. Cierto es que, ya en los instantes finales, el balón sobrepasó la línea de gol de la portería defendida por Juan Carlos, que se quedó en nada porque el colegiado lo anuló al entender que había fuera de juego de Umar Sadiq, antes de el esférico le llegase a Pedro Mendes y lo metiera en la portería catalana.
COMO EN EL PLAYOFF
Hasta llegar a ese momento, el Girona comenzó el choque presionando muy arriba. Siguiendo el plan que tan bien le fue en el playoff de ascenso. Pero el Almería no es el mismo y la salida de balón ahora es mucho más efectiva. Así que en pocos pases se encontraban ya en el campo del plantel entrenado por Francisco. Sin que hubiera un exceso de ocasiones claras, sí que el dominio fue muy claro de los almerienses. Con remates de Sadiq, Carvalho o Corpas que bien pudieron acabar dentro del marco visitante.
Lo que cambió el choque no fue un gol, que de eso no hubo. Fue una expulsión. La primera del partido. Sadiq le ganó la partida, en el círculo central, a Jonas Ramalho. El central lo tuvo que derribar. Arcediano Monescillo, el colegiado del encuentro, le mostró amarilla. Aunque desde el VAR tenían otra impresión. El árbitro lo miró en el monitor y cambió su decisión. De amarilla pasó a roja. Era el minuto 25 y todo se le ponía más a favor de la UDA.
El Girona, sin Stuani, renunció al ataque. El planteamiento de Francisco ya fue el de estar bien atrás y, si podía, alguna contra para meter el miedo en el cuerpo del Almería. Algo que nunca llegó. Así que ataque y más ataque. Con el riesgo de que los locales también se pudieran quedar con uno menos. Lo que provocó que José Gomes no esperara al descanso y en el 44 tomase la determinación de retirar a Samú Costa (tenía amarilla) y dio entrada a José Carlos Lazo. Así que Morlanes se quedó como único pivote, teniendo a Fran Villalba y Joao Carvalho como organizadores, mientras que Corpas y Lazo estaban en las bandas, más como interiores para dejar los carriles a Balliu y Akieme.
SUCESIÓN DE ATAQUES SIN CALMA
En el segundo tiempo nada cambió. Los ataques se sucedían. Pero dando la sensación de que faltaba la calma para el último pase y, sobre todo, para el remate a portería. Porque todas las acciones se iban al limbo. Algo que se acrecentó cuando, en apenas pocos minutos de diferencia, Cristóforo y Monchu hicieron sendas faltas muy peligrosas, en la misma zona en campo almeriense, a Iván Balliu. Dos rojas y el Girona que tuvo que estar durante los minutos finales del choque con tres menos.
El asedio ya fue total. José Gomes metió todo lo que tenía ofensivo en el campo. Pero nadie le respondió con el gol de la victoria. El que más se aproximó fue Pedro Mendes. El portugués cabeceó un dentro desde la derecha. Su remate iba hacía la escuadra derecha de la portería de Juan Carlos. El que impidió que fuera gol con la parada de la noche y, casi, de la jornada. Para darle a los suyos el premio de sumar un punto en un partido con más rojas que juego brusco y que goles.
Con este empate, teniendo cada uno dos encuentros menos todavía, el Girona suma ya 13 puntos, por los 11 del Almería. Continuando la racha de jornadas sin perder. Mostrando el conjunto catalán que, con esta implicación, deberán ir hacia arriba. Mientras que los almerienses, si logran tener partidos con un número similar de remates, lo normal es que se queden con los puntos en juego. Porque la puntería no debe estar siempre tan mal calibrada.