Curry vs LeBron, mucho más que un anillo en juego

Lo que todos los buenos aficionados al baloncesto habían soñado se cumplió, ver de nuevo en la Final de la NBA a los Warriors de Golden State, los actuales campeones de liga, frente a los Cavaliers de Cleveland, que también fueron sus rivales la pasada temporada. Como líderes del soñado duelo-revancha volverán a estar Stephen Curry, el jugador que durante la temporada regular y en lo que va de playoffs ha sido la gran figura de su equipo y también de la NBA, quitándole el protagonismo y la aureola de intocable con la que se paseaba "King" James por el mejor baloncesto del mundo. Esa realidad es la que ha hecho que James sea consciente, que el rival a batir a nivel individual no es otro que Curry, el actual MVP por segunda temporada seguida y por votación unánime algo que nadie había logrado hasta ahora. LeBron no supo asimilar bien el éxito de Curry y cuestionó el valor del premio y el que fuera el verdadero número uno de la liga, a lo que Curry respondió con indiferencia, diplomacia y destacando que su crecimiento ha sido cada vez mayor porque nunca ha escuchado ni le ha preocupado lo que digan los demás. Un segundo enfrentamiento consecutivo por el título entre ambos jugadores no le quita el sueño a ninguno de los dos, aunque reconocen que sienten el máximo de respeto por sus respectivas trayectorias deportivas. "Realmente es algo que me molesta. No juego para eso, no busco ser la cara de la NBA o esto o aquello, o tomar el trono de LeBron, o lo que sea", declaró Curry este miércoles, un día antes de recibar a los Cavaliers en el primer partido, en su campo del ORACLE Arena de Oakland. Curry hizo posible la pasada temporada que los Warriors después de 40 años de sequía ganasen el título de liga a expensas de James, que buscaba la gloria de dárselo por primera vez a Cleveland, misión por la que dejó los Heat de Miami. Conforme crecía la imagen de Curry, LeBron hizo todo lo posible por proclamarse a sí mismo "el mejor jugador del planeta" durante la pasada Final. Cierto que jugó como tal, con promedios de 35,8 puntos; 13,3 rebotes y 8,8 asistencias, pero sin Kyrie Irving que se lesionó al inicio de la serie y Kevin Love, lo máximo que pudo lograr fue alargar la competición a seis partidos (4-2). Ahora, los Cavaliers han llegado a Oakland completos, con Irving y Love en plenitud de forma.Enfrente tendrán un equipo que viene de remontar un 1-3 a Oklahoma en la final del Oeste ejerciendo de campeón y con dos pilares fundamentales como Klay Thompson y Draymond Green a pleno rendimiento. Será un factor clave Andre Iguodala que en la pasada final consiguió con su defensa frenar a LeBron y al final acabo elegido como MVP.Ahora el gran reto y sueño de Curry es conseguir el segundo título seguido para los Warriors, mientras que James, que sigue insistiendo, que "está bendecido", intentará que Cleveland acabe con una sequía de 52 años sin un título de campeón nacional dentro del deporte profesional.