Persistencia, autocontrol o prudencia; las virtudes que hacen a un líder como Nadal triunfar

Si alguien piensa en un líder social, piensa en Nadal. Creatividad, valentía, persistencia, autocontrol, prudencia, perspectiva y humildad, se podría decir que estas son siete de las virtudes psicológicas de este héroe deportivo.

LA FORTALEZA MENTAL

Héroe, coloso, o “el más grande”. Así ha celebrado la prensa nacional e internacional la victoria de Rafa Nadal ante Medvedev con la que se ha proclamado el tenista con el mejor palmarés de todos los tiempos.

Veintiún triunfos en torneos de gran slam sustentan estas loas y alabanzas, también en redes sociales, donde no se para de festejar. Pero, más allá de las vitrinas, en las que representados en los trofeos se exhibe una gran condición física y una técnica impresionante, es la fortaleza mental la que ha hecho de Nadal un deportista legendario.

Si tuviéramos que atribuirle a esta cualidad única un tanto por ciento de responsabilidad en la carrera del tenista, no habría que realizar muchos cálculos. Sería un 100%, según la psicóloga Pilar Conde, para quien el de Manacor es un ejemplo de óptima gestión emocional en situaciones de adversidad.

Esa gestión de sus emociones, cuenta, es la que le lleva a no dar una bola por perdida y a protagonizar remontadas como la de Melbourne, ya en la retina de millones de aficionados de todo el planeta.

A este torneo llegaba Rafa con dudas, inquietudes y, sobre todo, tras un postoperatorio de una lesión en su pie izquierdo. También con 35 años, no podemos olvidar que no es lo habitual en la práctica deportiva. Sin embargo, y ante el entusiasmo y en medio del clamor de los espectadores españoles, Nadal acababa ganando tras perder los dos primeros sets.

Apuntalado, explica directora técnica de Clínicas Origen por seis fortalezas básicas enunciadas por el padre de la psicología positiva, Martin Seligman: Creatividad, valentía, persistencia, autocontrol, prudencia, perspectiva y humildad.

Cualidades todas que se complementan y que el mallorquín ha venido exhibiendo a lo largo de su carrera.

Creatividad: es notoria su capacidad de crear nuevas oportunidades de punto en la pista sin que su rival pueda intuirlas.

Valentía: no rehúye el compromiso. A pesar de su última lesión, acude a Melbourne con esperanzas, ganas e ilusión, sin miedo a la derrota.

Persistencia: nunca da una bola por perdida.

Autocontrol: en situaciones de adversidad tiene la capacidad de no desconcentrarse, de no hundirse. Es consciente de sus fortalezas y sabe cómo aprovecharlas.

Perspectiva: planificación de su carrera en todos los plazos, corto, medio y largo, trabajo global y visión del conjunto de su trayectoria.

Prudencia: aunque el marcador le esté beneficiando, se muestra cauto en expresiones y celebraciones. En sus ruedas de prensa y entrevistas es prudente a la hora de hacer quinielas y de elucubrar sobre los rivales.

Humildad: reconoce a sus adversarios y sus propias limitaciones.

“A nivel social Nadal representa a nuestro país, nos permite sentirnos uno, es como en los mundiales, todas las personas tenemos el mismo objetivo, no hay rivalidad interna. Todos sufrimos con él, celebramos con él. Existe una unión colectiva social momentánea, en la que sus éxitos se disfrutan como propios, y además somos capaces a través de la empatía de ser conscientes de lo difícil de hazañas como la de Melbourne, lo que activa a nivel general sentimientos de admiración", señala Pilar Conde.

Así, Rafa genera motivacón, aporta energía para alcanzar los retos difíciles, abre la consciencia a la posibilidad de saber que las dificultades no determinan el resultado, sino la gestión de las mismas.

Motivación y admiración que se logran gracias al ejemplo. Rafa no elude el compromiso a la hora de responder ante asuntos controvertidos como la no vacunación de su compañero Djokovic. Tampoco duda en coger una escoba y ponerse a achicar agua en unas inundaciones junto a sus vecinos.