Elaborar pan en casa es un auténtico regalo para que se nos haga ameno este confinamiento que vivimos. La razón fundamental que sustenta esta idea es que lleva mucho tiempo hacerlo por la diferencia de texturas de los ingredientes y debes elaborarlo con todo el mimo posible. Para conocer los orígenes del pan nos remontamos a un pasado muy remoto. En concreto, a la Época Neolítica, mientras el hombre conocía ya las semillas y cereales y trabajaba con estos componentes. Habían determinadas zonas en el mundo propicias por aquel entonces, y hasta nuestros días, propicias para la elaboración del pan. Por ejemplo, Egipto. El río Nilo otorga las condiciones idóneas para el crecimiento de los cereales.

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Ingredientes comunes para elaborar un pan delicioso

A continuación te damos un listado con los ingredientes “base” que cualquier pan debe contener:

500 gramos de harina de fuerza

10 gramos de sal

300 ml de agua tibia

5 gramos de levadura fresca o de panadería

Es fundamental que peses bien todos los ingredientes ya que un pequeño fallo en las medidas puede desperdiciar tu elaboración. Te recomendamos que en un bol mezcles todos los ingredientes, conviertas esa masa en una bola y lo dejes reposar en un lugar cálido durante 30 minutos. Una vez reposado, cortaremos la masa con la ayuda de un cuchillo y “extraeremos” de esa masa las barras de pan o bocadillos que consideremos necesarios. Todo depende de la cantidad que queramos y el volumen de los mismos.

Los errores que cometes al hacer el pan en casa

Seguramente lo harás de manera inconsciente, pero son fallos “clave” que pueden ser la diferencia entre un pan brillante o un pan nefasto.

1. Amasar en exceso. Hay que dejar trabajar a la masa y dejarla reposar durante cinco minutos para que se integre bien la harina. Si amasas con demasiado interés puedes ablandar tu creación y que pierda la forma habitual que debe tener un buen pan. 
2. Poner demasiada harina para que la masa no se pegue en los dedos. No hace falta tanto, hay que elaborarlo con una cierta tensión y “cariño”.
3. Fermentar mucho la masa. No conviene porque duplica su volumen y al tocarlo no vuelve a su posición inicial. Como solución y para que esto no te ocurra es fundamental que emplees la cantidad de levadura adecuada.
4. Cortar el pan con violencia. Si haces esto puedes echar el pan a perder y convertirlo en “mini panes”. Y este no es el resultado que más te conviene. En COPE.es te recomendamos que mejor queden pocas unidades pero bastante contundentes y trabajadas. Pero, eso sí, como todo tiene su práctica. Conforme más practiques, mejor será el resultado. No falla. Es la premisa básica de cualquier receta.
5. No controlar la temperatura del horno. Si no lo haces corres dos riesgos. O bien ese pan te saldrá excesivamente crudo o hecho.