Esto es lo que debes hacer este verano para tener tu casa fresca sin aire acondicionado y que sí funciona
Con el calor apretando, cada gesto cuenta para mantener la casa fresca. Más allá del aire acondicionado, hay trucos sencillos y sostenibles que pueden marcar la diferencia y ayudarte a ganar confort sin disparar la factura

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Madrid - Publicado el
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Con la llegada del verano y el aumento constante de las temperaturas, mantener la casa fresca se convierte en una tarea cada vez más complicada. Las tardes se vuelven pesadas, las noches difíciles para dormir y los gestos cotidianos, como cocinar o trabajar, se hacen cuesta arriba cuando el calor se instala en las habitaciones.
Aunque el aire acondicionado aparece como la solución más rápida, no siempre es la más viable. A su elevado consumo energético se suma el impacto ambiental y, en muchos casos, la ausencia de estos aparatos en algunos hogares. Por eso, en medio de olas de calor cada vez más frecuentes, muchas personas se hacen la misma pregunta: ¿cómo bajar la temperatura de casa sin disparar la factura de la luz?
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La buena noticia es que sí existen alternativas. Sencillas, sostenibles y al alcance de todos, estas estrategias permiten reducir varios grados la temperatura interior sin recurrir a dispositivos eléctricos. Desde hábitos diarios como ventilar a primera y última hora del día, bajar persianas y cerrar ventanas durante las horas centrales, hasta trucos como usar tejidos ligeros o colocar plantas estratégicamente en balcones o terrazas, los pequeños gestos pueden marcar la diferencia.
Además, aprovechar recursos naturales como las corrientes cruzadas de aire o emplear textiles de algodón y lino en lugar de sintéticos también ayuda a mejorar la sensación térmica. Y si se necesita un plus de frescor, siempre se puede recurrir al clásico ventilador combinado con hielo o toallas húmedas, que multiplican su eficacia sin apenas consumo.
Frente a un verano que se prevé largo y caluroso, apostar por soluciones prácticas y sostenibles no solo alivia el calor, sino que cuida el bolsillo y el planeta.
BAJA LAS PERSIANS ANTES DE QUE EL SOL ENTRE
Una forma muy efectiva de mantener el hogar fresco durante los días de calor es evitar que el sol entre directamente en casa. Tal y como señala el Portal del Consumidor de la Comunidad de Madrid, lo más recomendable es bajar las persianas las horas de mayor exposición solar. Además, cerrar las cortinas, especialmente si son gruesas o con propiedades térmicas.
Este gesto cobra especial relevancia cuando vas a irte de casa durante varias horas. Si las persianas o toldos se dejan subidos, la luz incide directamente en cristales, suelos y muebles, lo que hace que la temperatura interior suba. En cambio, si se bajan antes de salir, la casa va a permanecer fresca incluso después de haber pasado varias horas fuera.
VENTILA SOLO CUANDO BAJA LA TEMPERATURA
En los meses de calor, ventilar en pleno día puede jugar en contra si el aire exterior es demasiado cálido. Lo ideal es abrir las ventanas a primera hora de la mañana y al anochecer, cuando las temperaturas son más frescas. En las horas centrales, lo más aconsejable es mantener el interior cerrado y en penumbra para conservar el ambiente fresco.

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APROVECHA LAS CORRIENTES DE AIRE
Abrir ventanas o puertas en extremos opuestos de la vivienda favorece la circulación natural del aire, creando una corriente cruzada que ayuda a refrescar el ambiente. Este llamado efecto túnel, especialmente útil en pasillos, acelera el flujo de aire. Si se combina con un ventilador, su eficacia aumenta notablemente.
cambia los tejidos del hogar
Elementos como alfombras, cortinas pesadas, fundas de sofá gruesas o edredones favorecen la acumulación de calor en casa. Cambiarlos por tejidos ligeros y transpirables, como el lino o el algodón, mejora el confort térmico y hace más llevadero el ambiente durante los meses de calor. Un simple cambio de textiles puede suponer una gran diferencia.
TRUCOS PARA DORMIR MEJOR POR LA NOCHE
Para dormir mejor en noches de calor, una opción sencilla es enfriar la cama antes de acostarse. El Portal del Consumidor recomienda colocar una botella de agua fría o una bolsa con hielo envuelta en un paño sobre las sábanas. Además, usar sábanas transpirables y ropa ligera ayuda a mantener una temperatura más confortable durante el descanso.
FRIEGA EL SUELO CON AGUA FRÍA
Beber agua con regularidad, aplicarse compresas frías en las muñecas y el cuello o darse una ducha fresca son medidas clásicas para combatir el calor. Pero hay otras estrategias menos conocidas que también funcionan: rociar con un vaporizador las cortinas o el suelo de una habitación, o incluso fregar con agua fría antes de usarla, puede ayudar a bajar la temperatura del ambiente de forma rápida y sencilla.

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POTENCIA TU VENTILADOR CON HIELO Y SAL
Aunque los ventiladores no enfrían el aire, ayudan a moverlo y mejorar la sensación térmica. Un truco casero para potenciar su efecto consiste en colocar frente a ellos un recipiente con hielo y sal gruesa. Al pasar el aire por encima del hielo, se enfría ligeramente antes de llegar a ti, proporcionando un alivio inmediato sin necesidad de aire acondicionado.
RIEGA LAS PLANTAS POR LA NOCHE
Tener plantas de interior no solo decora, también ayuda a refrescar el ambiente. Colocarlas cerca de las ventanas crea una barrera natural contra el sol, reduciendo la entrada de calor. Además, si se riegan al anochecer, transpiran mejor y contribuyen a refrescar el entorno durante la noche.
DESCONECTA LOS ELECTRODOMÉSTICOS QUE NO USES
Aparatos como televisores, cargadores, lámparas o incluso bombillas LED generan calor cuando permanecen encendidos durante largos periodos. El horno, en especial, puede elevar notablemente la temperatura de la cocina. Apagar los dispositivos que no se están utilizando no solo reduce el gasto energético, sino que también ayuda a mantener el hogar más fresco.