Hay sobras que resisten bien el paso del tiempo, incluso mejoran, pero otras como la pasta, pueden restar en textura y sabor por cada hora que pasa. Si a esto le añadimos que nos cuesta calcular la cantidad exacta de pasta que debemos hervir por persona o que este alimento no forma parte de la comida que se pueda aprovechar en otros platos, no queda más remedio que valorar darle una segunda oportunidad al sobrante, eso sí con algún truco que evite que pierda frescura.

Antes de nada, ten en cuenta que la pasta cocinada al dente aguanta mejor el paso de las horas que la excesivamente cocida, además de ser más digestiva y que tampoco debes enfriarla con agua según termines de cocerla.

EN LA NEVERA

Si la pasta que nos ha sobrado no tiene salsa la debemos conservar a en un tupper hermético -a ser posible de cristal- para evitar que se reseque, empaparla con aceite de oliva para evitar que se quede pegajosa y meterla en el frigorífico. Cuando la vayas a consumir, siempre teniendo en cuenta que dura como mucho dos o tres días, aunque se conserve en la nevera, debes seguir alguno de estos trucos:

AGUA HERVIDA

Cuando la vayamos a consumir, siempre que no tenga salsa, se puede sumergir en agua hirviendo durante 30 segundos. Después se saca y se escurre bien.

AL HORNO

Solo tienes que colocar la pasta en un bol con la salsa y taparlo con papel de aluminio, inctroducirla en el horno previamente precalentado a 180 grados y dejarla que se cocine durante unos 15/20 minutos.

CON AGUA AL MICROONDAS

Pon la pasta en un recipiente para microondas, échale un poco de agua, y déjalo calentar un minuto

ACEITE DE OLIVA

En una cazuela puedes calentar poco de aceite de oliva o mantequilla y agregarle la pasta sobrante con la salsa. Solo tienes que darle poco fuego para evitar que se pegue.