Barro, Txipa o Terra invitan a salirse de las rutas habituales de la gastronomía nacional

El restaurante Barro (Ávila) de Carlos Casillas ha conseguido hoy una estrella de la Guía Michelin, quien ha reconocido en la edición de este año a restaurantes de "alto nivel" de ciudades pequeñas que están fuera del circuito gastronómico, como son también Erre de Roca en Miranda de Ebro o Terra en Finisterre.

"Ahora hay que aprovechar el momento para difundir y para contar lo que nosotros entendemos por Ávila, para que nuestra tierra pequeñita se haga un poquito más grande", con estas palabras Casillas ha contado a EFE lo que significa esta distinción recibida esta noche en la gala que la Guía Michelin ha celebrado en Barcelona.

Una cita en la que este joven cocinero (Ávila, 1999) ha conseguido demostrar que "en Ávila se puede, que hay futuro, que la gente tiene que creer en su casa".

"Creo que este reconocimiento representa el trabajo de tantísimas personas que hemos creído que en las provincias pequeñas también hay futuro, así que ahora a seguir defendiendo la responsabilidad de la estrella por partida doble", ha añadido en referencia a la estrella Verde que también ha recibido por tratarse Barro de un restaurante con una filosofía basada en la sostenibilidad.

"La estrella verde recompensa la apuesta por el territorio, pero también la apuesta porque la gastronomía sea un sector en el que el equipo cuenta, porque el equipo tiene que tener unas condiciones laborales dignas. Para nosotros la sostenibilidad empieza por la parte humana", ha puntualizado.

Junto a Barro, la Guía Michelin también ha llevado sus estrellas por primera vez a otras localidades pequeñas como Finisterre (4.700 habitantes), donde está Terra de Brais Pichel o a Axpe (1.447 habitantes) donde está Txispa de Tsesuro Maeda (Axpe), Canfranc Express de Eduardo Slanova (Canfranc, con 599 habitantes) y Casa Bernardi de Ferdinando Bernardi (Benissa, Alicante), que tiene 11.800 habitantes.

Pero sin duda, uno de los restaurantes que están situados en una localidad pequeña, en concreto con 50 habitantes, es Venta Moncalvillo (Daroca de Rioja, La Rioja), que ha sido el único en subir de una a dos estrellas Michelin esta noche. Una muestra de cómo la publicación francesa quiere hacer "desviarse" al viajero para conocer a lo mejor de nuestra gastronomía.