Si hablamos de gusanos lo habitual es que quizá sientas algo de asco, dado que son animales que viven debajo de la tierra. Pero resulta que hay muchas más especies aparte de las lombrices de tierra. Un ejemplo de esto son los nematomorfos, que además de gusanos son parásitos.

Los nematomorfos es un grupo que está conformado por más de 300 especies de gusanos, se parecen a las crines de los caballos. También se caracterizan por carecer de boca, ano, nariz, boca y venas. Lo cual les lleva a tener un modo de vida parasitario.

Lo más curioso de esta especie de gusanos es que tras parasitar a sus víctimas las inducen al suicidio. De hecho, un grupo de científicos del Museo Field de Historia Natural de Chicago, ha realizado una investigación junto a las universidades de Harvard y de Copenhague, en la que han descubierto que a este tipo de gusanos les falta el 30% de genes que son comunes en todos los animales.

Los investigadores querían averiguar cuál era la historia del ADN de estos animales, es decir, cuál era su antecesor. El objetivo de esto rea producir los genomas de su ADN y usarlos para poder "comprender las relaciones evolutivas entre los nematomorfos y otro tipo de animales", ha explicado la investigadora del museo Field, Tauana Cunha.

Para hacer esto tomaron muestras de ADN de dos grupos de gusanos, uno de agua dulce y otro de agua salada. Cuando compararon sus códigos genéticos fue cuando descubrieron en ambos genomas "faltaban alrededor del 30% de unos genes que se esperaba que estuvieran presentes", ha comentado Cunha.

Da la coincidencia de que los genes que les faltan a estos nematomorfos son los responsables de la formación de los cilios, como la formación de la cola de los espermatozoides, que están presentes en los animales, algunas plantas y hongos.

Este descubrimiento abre nuevas preguntas. Aunque no está claro como la falta de cilios ha afectado estas especies o la vida de parásito de estos puede tener relación con la ausencia de estos genes. "A los organismos parásitos en general les faltan muchos genes", ha explicado la investigadora. Por lo que se están planteando "la hipótesis de que, debido a que los parásitos no usan ciertas estructuras y, en cambio, dependen de sus anfitriones, terminan perdiendo esas estructuras", concluye.

¿Cómo se reproducen?

Los huevos de estos gusanos eclosionan en el agua, independientemente de si es dulce o salada. Gracias a esto, los insectos y crustáceos los ingieren sin saberlo. Las larvas crecen dentro del huésped al mismo tiempo que se alimentan de este, y cuando alcanzan la madurez manipulan el comportamiento de su anfitrión. Algunos estudios apuntan a que consiguen esto gracias a unas moléculas que pueden influir en el sistema nervioso del huésped.

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Y seguimos hablando de los gusanos. En este caso, del denominado 'gusano pulmonar de la rata'. Aterrizó en España a comienzos de año y numerosos expertos advirtieron sobre la importancia de la prevención para no contagiarnos.

"Se trata de un parásito emergente, que está en expansión y al que hay que tener en cuenta", explica María Teresa Galán, catedrática del grupo de Parásitos y Salud de la Universidad de Valencia, líder de la investigación. Escucha aquí cómo te lo contamos en COPE Valencia.

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