MADRID - 1ª FERIA DE SAN ISIDRO
Talavante abre su sexta Puerta Grande en Las Ventas a golpe de natural
El extremeño pasea las dos orejas del notable cuarto de Victoriano del Río, el mejor toro de un desigual encierro. Clemente deja una seria imagen en su confirmación de alternativa.

Alejandro Talavante, en su salida a hombros este viernes en Las Ventas
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Alejandro Talavante volvió a sentir el clamor de Las Ventas. Paseó las dos orejas del cuarto toro de Victoriano del Río en una faena de enorme conexión y momentos de gran calidad al natural, lo que le valió la sexta Puerta Grande de su carrera en Madrid. La tarde, sin embargo, tuvo también un episodio de gran tensión con la cogida del francés Clemente, que dejó una seria imagen en su confirmación de alternativa. Juan Ortega, por su parte, mostró destellos de clase sin redondear.
Talavante fue el gran triunfador de una tarde marcada por el desigual juego de la corrida de Victoriano del Río. Al cuarto de la tarde, un toro bravo, muy abierto de cara y agresivo de expresión, el extremeño le firmó una faena de gran firmeza desde los primeros compases. Se lo pasó por la faja con poder en el inicio, y a partir de ahí la conexión con el tendido fue total. Al natural alcanzó los momentos más altos, con tandas de cierta velocidad pero también de temple y remates variados. Madrid se entregó. Cerró con una serie de muletazos ligados antes de dejar una estocada en lo alto algo tendida. El palco, pese a la faena no completamente redonda, concedió un doble trofeo con fuerte petición popular.
Antes, en su primero, Talavante nada pudo hacer ante un toro deslucido que se desentendió de salida y nunca tuvo clase ni entrega. El torero lo intentó por ambos pitones con disposición, pero la faena no tomó vuelo. Estocada baja y antes de ser silenciado.
El confirmante Clemente tuvo un bautismo marcado por el valor y el temple. El toro de la ceremonia, llamado Forajido, fue correoso en los primeros tercios, pero la firmeza del torero francés logró mejorar sus prestaciones. Por el derecho llegaron los momentos más serios, con naturales sueltos de mérito por el otro pitón. Un peligroso derrote y una embestida traicionera provocaron una angustiosa cogida, siendo zarandeado de forma fea. Aun así, volvió a la cara del toro. Antes del percance, su actuación ya había calado. Mató de una estocada baja y otra también caída. Saludó una ovación de reconcomiento pese a los aceros.
El sexto, otro toro muy fuerte, resultó aún más complicado por su falta de humillación y escaso recorrido. Clemente se mantuvo firme en todo momento, aunque el astado nunca colaboró. Falló con los aceros. Silencio.
Juan Ortega firmó lo más artístico del tercio de capote, especialmente en el tercero de la tarde, donde replicó con chicuelinas y una media de mucha lentitud a un quite previo de Talavante. La faena, muy del sello sevillano, tuvo gusto y suavidad por el derecho, aunque el toro se apagó pronto. Por el izquierdo se mostró más incómodo. Ortega, siempre con el pecho por delante, buscó la manera de mantener el interés, pero la faena se vino abajo. Pinchazo y estocada. Palmas tras aviso.
Con el quinto, un toro de enorme volumen (640 kilos), se topó con un ejemplar violento y reservón que no ofreció ninguna posibilidad. Tampoco estuvo certero con la espada. Silencio tras aviso.