La obra, firmada en 2001, se titula Suerte de varas y está realizada con barras de pastel sobre papel de estraza. Aunque Venancio Blanco fue mundialmente reconocido por su faceta como escultor, no es menos brillante su trabajo como dibujante. Este artista nació en una de las cunas del toro bravo, en el municipio salmantino de Matilla de los Caños del Río, en 1923. Hijo del mayoral de Argimiro Pérez Tabernero, él mismo afirmaba que creció entre toros y encinas y que ese paisaje quedó grabado en su memoria de por vida.

Gracias a la obtención de un premio, en 1941, con apenas 18 años y en plena segunda guerra mundial, viajó a Italia, donde descubrió la escultura. Desde entonces, partiendo de la tradición, buscó su identidad con un lenguaje propio, renovando la escultura contemporánea e incorporando su personal expresión plástica a través, principalmente, del bronce. Ha sido galardonado con diversos premios nacionales e internacionales, entre ellos, el Premio Nacional de Escultura en 1959. Su obra se encuentra actualmente repartida en museos de prestigio de todo el mundo.

El Museo Taurino de Las Ventas no contaba, hasta la fecha, con obra alguna de Venancio Blanco pero, gracias a la Fundación que lleva su nombre, la citada obra Suerte de varas, cedida al Centro de Asuntos de la Comunidad de Madrid podrá ya ser expuesta indefinidamente en el museo de la Monumental madrileña.

De esta manera el artista salmantino se suma al elenco de artista presentes en el museo tales como Ignacio Zuloaga, Roberto Domingo, Ruano Llopis, Mariano Benlliure, Andrés Martínez de León, Eduardo Arroyo, Miquel Barceló o Diego Ramos, entre otros.

Venancio Blanco falleció en febrero de 2018 con 94 años, pero este San Isidro la afición de Madrid le recordará cada tarde al cruzar el umbral de Las Ventas.