Sebastián Castella y Clemente abren la Puerta de los Cónsules de Arles

Clemente brilló con rotundidad, firmando una actuación de gran calado que le valió tres orejas, mientras que Castella, en plenitud, cuajó dos faenas de notable inteligencia y profundidad. Tristán Barroso, a pesar de no tocar pelo, mostró buenas maneras, informa Mundotoro.com.

Tristán Barroso se doctoró frente a un toro de buena condición, al que toreó con reposo, temple y elegancia. Su faena, plena de torería, destacó por la pureza de los muletazos y un cierre bellísimo con la pierna flexionada. Falló con la espada y todo quedó en una ovación. En el sexto, un toro fuerte pero que fue a menos, Tristán mostró un gran esfuerzo. Sacó entrega y ambición en una faena de tesón, sacando lo poco que tenía el astado. Nueva ovación para el extremeño.

Clemente cuajó una tarde importante. En el tercero, un bravo toro de El Parralejo, dejó una faena poderosa y elegante, sustentada en el valor y el temple. Mató de estocada y cortó una oreja, con fuerte petición de la segunda. En el quinto firmó su obra más redonda, ante un toro encastado al que toreó con fondo, firmeza y corazón. La estocada fue certera y paseó dos orejas. El toro fue ovacionado en el arrastre.

Sebastián Castella dejó su sello desde el principio. Al segundo toro, de clase y ritmo, lo toreó despacio y con gran profundidad, especialmente por la mano izquierda. Faena de alta nota, culminada con una estocada sin puntilla que le valió las dos orejas. El cuarto, de embestida desigual, fue metido en la faena con paciencia e inteligencia. Castella lo supo entender y dominar en una labor medida y eficaz que le permitió cortar una oreja.