A falta de pan, buenas son tortas. El refranero castellano nunca falla. Y eso es lo que ocurre desde hoy en Madrid en estas segundas fiestas de San Isidro con el Covid-19 aún presente. A falta de concretar cuándo y cómo se retomarán los festejos taurinos en Las Ventas tras los fatos del Dos de Mayo, el Palacio Vistalegre ha abandonado el papel de comparsa del coso monumental para proclamarse protagonista del regreso de los festejos continuados en la capital de España.

La casa Matilla ha apostado por reabrir el coso cubierto del barrio de Carabanchel para programar una feria de San Isidro que, aún sin contar con el número de festejos del ciclo venteño, supone retomar la costumbre de acudir a diario a los toros durante once días consecutivos.

Sin visibilidad publicitaria en los grandes medios, sin una promoción más allá del gheto taurino y con una proyección mediática a través de la televisión de pago cerrada a última hora, queda por conocer el tirón real de un escenario poco habitual en estas fechas para los aficionados madrileños.

En las últimas horas se han multiplicado por las redes los rumores de regalo de entradas para intentar maquillar el aforo de los carteles de menos tirón de la feria dentro de un aforo limitado por las restricciones impuestas por la Comunidad de Madrid para este tipo de eventos. El 40% que se reguló hace unas semanas se ha visto ampliado al 50% desde el fin del estado de alarma en un recinto que puede albergar un total de 15,000 espectadores en condiciones normales.

Y para llevar a los aficionados a la plaza, una programación que se basa en el anuncio de las principales figuras del escalafón. A dos tardes acudirán al coso carabanchelero toreros como Morante de la Puebla, El Juli, Manzanares, Paco Ureña, Roca Rey y Pablo Aguado.

Estos dos últimos protagonizarán el cartel estrella de la feria de San Isidro de Vistalegre. El jueves 19 los dos jóvenes que más han ilusionado en los últimos años dirimirán su particular duelo días después de un primer encontronazo en Córdoba. Sin embargo, el mano a mano de Madrid tendrá tintes más exigentes y servirá para ordenar la parte más alta del escalafón ante la temporada aún incipiente que se prepara.

También interesa ver a un Ginés Marín que llega a Vistalegre con el cartel revalorizado tras su completa tarde este pasado fin de semana en Leganés; a Diego Urdiales, uno de los 'consentidos' de la afición madrileña por méritos propios; o a Juan Ortega, que este domingo pasado confirmó en La Cubierta lo apuntado estos últimos años.

La gran duda de los carteles es a día de hoy Emilio de Justo, que entró a última hora en las combinaciones y cuya presencia en el coso multiusos está en el aire por culpa de la lesión que sufrió este fin de semana también en Leganés.

En cuanto al ganado a lidiar, la casa Matilla ha apostado por el encaste Domecq en su distintas versiones y líneas. Solo una ganadería se sale del monoencaste imperante, la de Adolfo Martín, prevista para lidiarse como colofón de la feria.

Una feria que también tendrá su correspondiente festejo de rejones con los Hermoso, padre y hijo, como protagonistas junto a Lea Vicens y una interesante novillada que anuncia a Tomás Rufo, el último gran triunfador en Las Ventas de este escalafón.

Once días para devolver el pulso taurino a Madrid. A falta de Las Ventas, bueno es Vistalegre.