La localidad sevillana de La Puebla del Río acogió este sábado por quinta vez un encierro de reses bravas dentro de las fiestas de San Sebastián a impulso del diestro Morante de la Puebla, que ha renovado el compromiso adquirido con su localidad natal para reeditar un acto que ha vuelto a rebasar todas las previsiones de asistencia.

El programa festivo, que se inició el viernes con un concurrido e inofensivo encierro infantil de carretones, arrancó este sábado con una función religiosa en honor del patrón local, San Sebastián, que fue sacado del templo parroquial para presidir desde su paso el encierro desde la Esquina del Reloj, junto a la calle Larga, informó Efe. 

La suelta de las reses se demoró algunos minutos después del preceptivo chupinazo que sonó a mediodía desde un balcón de la Esquina del Reloj del antiguo ayuntamiento de La Puebla. 

El diestro jerezano Juan José Padilla, invitado por Morante, fue el encargado de prender el cohete después de tres vivas al patrón y en medio del clamor de los asistentes.

Una nueva traca de pólvora terminó de despejar la calle y se inició la trepidante bajada de las reses de Dolores Rufino, con un recorrido de 700 metros, idéntico al de los años anteriores, distancia que separa los corrales habilitados en un solar de la plaza portátil, instalada en la explanada de las antiguas cocheras del tranvía. 

Los novillos emplearon poco menos de dos minutos en alcanzar el coso aunque los pastores y encargados sí tuvieron algunas dificultades para encerrarlos en los corrales improvisados en los que esperarán ser lidiados esta tarde. 

Al finalizar la bajada de los novillos fue soltada una vaca para el recreo de todos los aficionados que se trasladaron después a la paella popular organizada en el parque de la localidad.

Por la tarde, la novillada de Dolores Rufino dio un excelente juego y salieron a hombros los novilleros Lolillo Soto y Joselito Sánchez y el rejoneador José Manuel Fernández.