MADRID
José Fernando Molina, coraje y verdad tras pasar por la enfermería en Las Ventas
El diestro albaceteño deja una grata impresión tras ser volteado en su primero. También resultó herido Adame en el abreplaza.

Inicio de faena de José Fernando Molina al quinto toro de Valdefresno
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Después del maratón isidril y el apéndice de la exitosa corrida In Memoriam, la plaza de Las Ventas inauguró su temporada de verano con un festejo condicionado por los percances y en el que José Fernando Molina logró proyectar su nombre como uno de los jóvenes con proyección más sólida del escalafón.
El albaceteño tuvo que lidiar en primer lugar con un toro protestado desde su salida, tanto por su escasa remate en los cuartos traseros como por una manifiesta debilidad que no impidió, sin embargo, que permaneciera en el ruedo. A pesar de esas condiciones, Molina se impuso desde el saludo de capa, toreando con gusto a la verónica, y más tarde con una faena de muleta asentada, con pasajes de notable firmeza y pulso por ambos pitones. La faena, sin embargo, no tuvo continuidad por la condición del toro ni final contundente con los aceros: dos pinchazos precedieron a una voltereta en la que el torero sufrió una cornada que le obligó a retirarse por su propio pie a la enfermería, tras descabellar con eficacia.
La imagen de la tarde llegó en el quinto. Ya intervenido quirúrgicamente de una cornada de 10 centímetros en el muslo, Molina reapareció sin chaquetilla y vestido con pantalones vaqueros, y recibió al toro a portagayola. Visiblemente mermado físicamente, firmó una labor de gran mérito ante un astado que tuvo nobleza y buen son por ambos pitones, que exigía mucho en cada muletazo. Hubo firmeza, entrega y pasajes de muy buen trazo, pero nuevamente el mal uso de la espada privó al torero de premio. Pese a ello, su actuación fue lo más destacado del festejo.
Por su parte, Luis David Adame se las vio con el toro más pesado del encierro, un abreplaza de 674 kilos que desarrolló defensas desde el inicio y complicó cualquier intento de lucimiento. El viento tampoco ayudó cuando el mexicano buscó la ligazón al natural, y al entrar a matar fue cogido por el costado derecho, siendo trasladado a la enfermería. El toro fue rematado por su compañero Molina.
Adame regresó para lidiar al cuarto, que fue recibido con protestas pero terminó rompiendo en el último tercio con nobleza, chispa y clase. El diestro mexicano, que se fue a portagayola, lo saludó de muleta con un pase cambiado en los medios y lo toreó con limpieza por el derecho, aunque sin excesiva brillantez. Por el pitón izquierdo, el toro exigía más precisión y colocación, y la faena no terminó de remontar. Intentó matar a recibir, pero la estocada cayó defectuosa y tras hacer guardia, dejó otra entera en buen sitio.
Christian Parejo lidió como primero de su lote con un ejemplar que galopó de salida pero se rajó tras las dos primeras tandas. El gaditano dejó buena impresión en los terrenos de cercanías, aunque sin poder redondear la faena por la falta de continuidad del toro ni culminarla con la espada.
Con el sexto, un toro amplio de cara y escaso de entrega, Parejo mostró actitud y solvencia técnica, aunque el conjunto se resintió por la duración algo excesiva y la escasa colaboración del astado.