TOROS ALBACETE
Decepción total y fiasco ganadero en la corrida de más expectación de la feria de Albacete
Ni una sola oreja, ni tan siquiera una vuelta al ruedo, resume perfectamente la decepcionante tarde vivida hoy en Albacete, en la que era la corrida estrella de su feria taurina, que, sin embargo, se vio truncada por el deslucidísimo juego de los toros de Cuvillo y de los "remiendos" de Luis Algarra.
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Ni una sola oreja, ni tan siquiera una vuelta al ruedo, resume perfectamente la decepcionante tarde vivida hoy en Albacete, en la que era la corrida estrella de su feria taurina, que, sin embargo, se vio truncada por el deslucidísimo juego de los toros de Cuvillo y de los "remiendos" de Luis Algarra.
Y no empezó mal la tarde, porque el primero fue el que mayores opciones brindó, pues tuvo clase aunque las fuerzas muy medidas. Diego Urdiales anduvo entonado al natural en varias series, pero el trasteo no terminó de tomar vuelo. En el cuarto el riojano quedó inédito ante la deslucida condición del de Algarra, sin apenas resuello.
Manzanares también tuvo oportunidad de componer la figura en el manejable segundo, aunque sin llegar a apretar por abajo al de Cuvillo, por lo que el trasteo quedó en tierra de nadie. Además, falló a espadas, y no consiguió premió tangible. El quinto fue un mulo ante el que el alicantino nada pudo rascar.
Cuando llegó el turno de Talavante, todavía no se sabía, pero la tarde caería sin remisión cuesta abajo. El extremeño le puso empeño en el tercero, que apuntó cosas buenas pero que no tuvo el fondo suficiente para materializarlas. Dejó, eso sí, chispazos aquí y allí en el último tercio, pero sin poder compactar faena por el escaso celo de su antagonista.
Menos celo aún tuvo el deslucido sexto, que se echó tras dos pinchazos, y que cerró un festejo de expectación que, como tantas veces, se tornó en decepción.
FICHA DEL FESTEJO
Cuatro toros de Núñez del Cuvillo, y dos de Luis Algarra (4º y 5º), desigualmente presentados. El mejor resultó el primero por su clase pero menguado fuelle. Manejable el segundo, y deslucidos por faltos de casta y fuerza el resto.
Diego Urdiales (de rioja y azabache), que sustituía a Morante de la Puebla: estocada casi entera algo perpendicular y descabello (ovación con saludos tras aviso); estocada entera (silencio).
José María Manzanares (de azul marino y oro) : pinchazo y estocada entera baja (ovación con saludos); estocada entera (ovación con saludos).
Alejandro Talavante (de tabaco y oro) : pinchazo, media arriba y descabello (silencio); dos pinchazos (silencio).
La plaza registró más de tres cuartos de entrada en el sexto festejo de feria.