El torero David de Miranda ha recibido hoy el alta hospitalaria en la clínica Asepeyo de Coslada (Madrid) una vez que los doctores que le atienden han observado que la fractura de las tres vértebras que se produjo toreando el pasado sábado en Almazán (Soria) evolucionan satisfactoriamente.

Las lesiones en la L5 y S1 (quinta vértebra lumbar y el sacro) está estabilizadas y, en principio, no deberían darle ningún problema; y la de la D12 (dorsal), que era la que más preocupaba, proviene de una antigua fractura -posiblemente del gravísimo percance sufrido en Toro en 2017- y que ya se encuentra calcificada, han informado a Efe fuentes del entorno del torero onubense.

Estas buenas noticias han hecho que, por un lado, De Miranda haya sido dado de alta y, por otro, que posiblemente no tenga que cortar la temporada, tal y como se había llegado a barajar, pues la espalda es una zona muy sensible para el joven espada de Trigueros, que hace dos años sufrió un gravísimo percance en Toro (Zamora) que a punto estuvo de dejarle postrado para siempre en una silla de ruedas.

En aquella fatídica tarde sufrió una terrible voltereta y, con ella, la fractura de cinco vértebras: tres cervicales y dos dorsales, y que le mantuvo en el dique seco cerca de siete meses.

El objetivo ahora de David de Miranda es probarse en el campo a lo largo de esta semana y, según las sensaciones, marcar una fecha para reaparecer y finalizar así la temporada más importante de su carrera, en la que, gracias al sonado triunfo conseguido en San Isidro, su nombre ha sido habitual en prácticamente todas las plazas y ferias de España y Francia.