La noche del lunes, Pablo Motos recibió a José Sacristán en 'El Hormiguero'. El actor acudió al espacio de Antena 3 para promocionar el reestreno de obra de teatro 'Señora de rojo sobre fondo gris', basada en la obra de Miguel Delibes, el 5 de mayo. Asimismo, además de sus proyectos, el presentador tuvo tiempo para analizar la actualidad junto Sacristán.

Tras manifestar su apoyo a la vacunación, ya que está "encantado" de haber recibido la segunda dosis, también trataron la actualidad política. "No somos mucho mejor que la clase política que nos representa, puesto que somos nosotros los que los jaleamos y los aplaudimos por necios que sean, por torpes que sean y por siniestros que sean", sentenció el actor.

Después de despedir al entrevistado, el presentador dio paso a la mesa de tertulia, a la que le dan un toque de humor Marron, El Monaguillo y Luis Piedrahita. Aprovechando la presencia de los colaboradores, sacaron a la luz una anécdota en la que, esta vez, todo el equipo del formato de Antena 3 era protagonista.

"Quería que hablásemos de historias de pillos", comenzó diciendo Motos, poniendo así un tema sobre la mesa. "Aquí hemos tenido a uno de los mayores de la historia porque ese señor fue capaz de robar todo el gasoil de un depósito de 5.000 litros", decidió contar Marron, dando pie así a una historia en la que fueron víctimas de un robo en su propio plató.

"Que la había robado"

"Lo tenemos por si se va la luz, es un grupo electrógeno para poder seguir emitiendo y que el programa continúe", explicó el conductor del espacio para aclarar por qué tenían todo ese material en el programa. "Se fue llevando con garrafas poco a poco, sin prisa", aseguró Marron.

"Pero lo que hizo con la tapa del depósito ya fue...", reconoció el comunicador, tomándoselo ahora entre risas. "Necesitábamos para un experimento de ciencia una plataforma giratoria, y él nos vendió una, que resultó que era la tapa de nuestro depósito decorada, que la había robado", reveló Motos, dejando muy sorprendidos a los presentes.

"Nadie vio nada, ni yo ni nadie de los 120 que estamos aquí", reconoció. "Ese depósito es altísimo, de unos 10 metros, y nadie descubrió, hasta meses después, que faltaba la tapa, y fue porque se acabó el gasoil, así vieron que no había ni lo uno ni lo otro", concluyó Jorge Salvador, aclarando así cómo se dieron cuenta que se trataba de su propia tapa.