Hace ya más de un año cuando el torero Enrique Ponce y la empresaria cordobesa, Paloma Cuevas, ponían punto y final a su matrimonio tras más de 24 años de relación y dos hijas en común, Bianca y Paloma.

Una decisión que les llegaba a muchos de imprevisto y que convirtió al torero en la 'estrella' del verano, un foco que se intensificó al hacerse pública su relación con la joven estudiante de Derecho, la almeriense Ana Soria. Y así, mientras el diestro y la joven almeriense proclamaban su amor a los cuatro vientos a través de sus redes sociales y también en los ruedos, Paloma guardaba silencio y se centraba en el cuidado de sus hijas, así como en rodearse de amigos y familiares.

Más de un año después de esta decisión, el torero ha tomado una nueva decisión (probablemente una de las más complicadas de toda su vida), y que afecta a su exmujer.

La dura decisión de Enrique Ponce

Tras un año de su ruptura con Paloma Cuevas, el torero se ha visto obligado a dar uno de los pasos más complicados de su último año desde su divorcio: poner a la venta 'La Cetrina', la que ha sido su finca familiar durante 25 años. Un lugar donde el diestro ha vivido momentos felices y en el que cada pared guarda un pequeño recuerdo de su vida.

La finca fue fruto de los primeros ingresos de Enrique Ponce como torero. Durante años, el diestro trabajó para acomodarla y convertirla en su auténtico hogar, que finalmente terminó por verle formar una familia. A los motivos de esta dura decisión ha podido acceder 'Jaleos', desde donde se han puesto en contacto con miembros cercanos al propio torero, quienes han asegurado que ha sido una "decisión difícil pero muy premeditada". Al parecer, el torero ha llevado la venta "en absoluta discreción y no le ha hecho ninguna gracia que se conozca".

"Esta es una cuestión que Enrique venía tiempo barajando entre su gente. La finca tiene un mantenimiento muy costoso y ya no se hace vida en ella tanto como antes. Ten en cuenta que Ponce cada día está más asentado en Almería", han contado sus más allegados.

Como no podía ser de otra forma, los allegados de Enrique Ponce han asegurado que su exmujer, Paloma Cuevas, "ha estado al tanto de la decisión y apoya a Enrique en todo". De hecho, el papel de Cuevas "ha sido importantísimo".

Por ello, el próximo 11 de septiembre, día en el que su hija Bianca haga su primera comunión, será el último acto familiar que la finca de Enrique Ponce acoja entre sus paredes. "Será un día agridulce para Enrique y Paloma, cierran una etapa muy bonita de sus vidas. Ese terreno ha sido testigo de grandes momentos familiares muy felices. También de refuerzo y mucho", han asegurado sus fuentes cercanas.