No solo encender el horno o planchar en nuestros hogares es hoy más caro que hace un año. Llenar el carro de la compra también se nota en nuestro bolsillo. En COPE te contamos cómo han evolucionado (a más) algunos precios.

Ya no es que estemos hablando de 100 euros el megavatio / hora que marca el precio de la luz en el mercado mayorista. Esos valores propios de mediados del mes de agosto -ya de por sí disparados- se quedan lejos de los que se alcanzan hoy, justo un mes después. Con pequeñas variaciones diarias arriba o abajo el precio de la electricidad se sitúa en este mes de septiembre en torno al umbral de los 150 euros el megavatio / hora. Y eso se está trasladando a la cesta de la compra. Si fabricar o mantener determinados productos o alimentos es más caro esa cadena de transmisión tarde o temprano llega a nosotros, a los consumidores. Lo peor es que la mayoría no son un capricho. Forman parte de la compra básica de cualquier hogar. De cualquier nevera o despensa.

Un ejemplo es el aceite de oliva. Se ha encarecido un 20%. Hoy el litro cuesta unos cinco euros. Pero si vamos al aceite de girasol, más barato, también se nota esa subida. Del euro el litro de hace doce meses difícil es encontrarlo hoy por debajo del euro y medio. Otro producto básico que se ha encarecido bastante son los huevos. De un euro en los que se llegaba a pagar la docena ahora son, como mínimo, 1,40. Aceite, huevos... y leche. El litro está hoy en los 90 céntimos.

La fruta no se queda atrás. Un kilo de manzanas cuesta hoy en un supermercado 1,80 euros. Hace un año 1,40. Los plátanos de Canarias salen por 2 euros el kilo de media.

Pero los que han notado un 'subidón' en el precio son los refrescos, zumos y agua mineral. La Organización de Consumidores estima que un 7,4%. En este caso se debe principalmente al aumento del IVA (del 10 al 21%) que grava las bebidas energéticas. De 60 céntimos de hace un año una lata hoy cuesta 85. La carne se ha incrementado también un 3%. De media, la Organización de Consumidores y Usuarios calcula que desde enero la cesta de la compra se ha encarecido un 1,5% con disparidad, como vemos, entre distintos alimentos.

Hay que resaltar que es complicado dar cifras concretas de productos porque por un lado influye el lugar de compra -tanto si es un supermercado como un mercado o dependiendo de la ciudad donde se adquieran- y, por el otro, si se 'tira' de marca blanca. Aquí el precio que paga el consumidor suele ser más económico en comparación con otros de marcas más reconocidas.

En cualquier caso este encarecimiento de la cesta de la compra tiene su reflejo estadístico en el IPC. El Índice de Precios del Consumo se situó en agosto en el 3,3%, su tasa más alta de los últimos nueve años.