¿Es nuestro sueño parecido al de otros animales? Científicos estudian si dormimos más o menos que ellos

Pasamos un tercio de toda nuestra vida durmiendo. Por ello, los científicos han querido comparar nuestro sueño con el de otros mamíferos a los que nos parecemos

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Si de media dormimos unas 8 horas diarias, eso significaría que nos pasamos un tercio de toda nuestra vida durmiendo. Aunque no hay que olvidar que esto es una media, ya que hay personas que duermen cuatro horas y les basta y otras a las que ocho les parecen insuficientes. Los científicos han querido comparar nuestro sueño con otros mamíferos a los que nos parecemos, puesto que un tercio de la vida les parece demasiado y querían comprobar si hay animales que están tanto tiempo dormidos. No obstante, hay que compararse con cierto tipo de animales, ya que se ha comparado que incluso aquellos que no poseen cerebro (como las medusas) también tienen períodos de sueño.

Por lo tanto, ya hemos concluido que los animales que deben ser objeto de estudio para compararse con nuestras horas de sueño deben ser los mamíferos. Lejos de lo que se cree, el perezoso no es el animal que más horas duerme, sino el koala (22 horas de sueño al día), seguido por el murciélago (20 horas). Además, sabemos que los mamíferos que menos duermen son las jirafas, caballos y otros herbívoros. Tiene sentido si lo pensamos, ya que son las presas que van a ser cazadas y deben estar más despiertos y en alerta por si son atacados. Pero no supongamos que estas especies que solo duermen entre 2 y 4 horas diarias pasan sueño, porque genéticamente están hechos para solo dormir ese tiempo en concreto.

Cómo duermen los primates

Por ello, cabe mencionar un estudio publicado en la revista 'Wiley Online Library', en el que comparan el sueño del ser humano con algunos simios. Los investigadores explican que "los primates varían en la duración del sueño y, sorprendentemente, los humanos son los que menos duermen en un período de 24 horas de los 30 primates que se han estudiado". Los científicos se dedicaron a estudiar cómo ha evolucionado la arquitectura del sueño en los humanos, esto es: la duración total del sueño, la duración del sueño con movimientos oculares rápidos (REM), la duración del sueño con movimientos oculares no rápidos (NREM) y la proporción de sueño en REM.

En cuanto a los resultados que obtuvieron, descubrieron que los humanos dormimos menos de lo previsto para un primate que tenga nuestras mismas características: masa corporal, riesgo de depredación, tamaño del cerebro, necesidades de alimentación y dieta. Pero esto no es todo, sus análisis también revelaron que el ser humano acumula una proporción mayor de sueño REM dentro de una duración de sueño más corta, algo completamente inesperado. "Proponemos que los costos de oportunidad del sueño son responsables de la menor duración del sueño en los humanos, con riesgos que surgen del sueño terrestre que involucra amenazas de depredadores y congéneres, y costos de oportunidad porque el tiempo que se pasa durmiendo podría usarse para aprender, crear objetos materiales y socializando", concluyen los autores de este estudio.

Nuevas teorías

Por otro lado, la revista 'Nature' realizó un informe hace un año en el que especificaba que, aunque parece que los mamíferos necesitan un mayor descanso en el período inmediatamente después al nacimiento, los recién nacidos de ballenas asesinas y delfines nariz de botella así como a sus madres mostraron poco o ningún comportamiento de sueño típico durante el primer mes posparto. Permanecieron en movimiento durante las 24 horas del día. Por lo tanto, gracias a este trabajo se puede comprender que el sueño podría no tener las funciones que se sospechaban de desarrollo y mantenimiento de la vida.

Por ello, este equipo de investigadores decidió analizar el comportamiento, así como el cierre de los ojos de tres parejas de delfines nariz de botella recién nacidos y sus madres. "Descubrimos que, aunque los animales tienden a abrir ambos ojos cuando salen a la superficie para respirar, uno o ambos ojos están cerrados durante el "descanso de natación", un comportamiento de sueño bajo el agua", comentan los científicos. Al parecer, este comportamiento se asocia a una actividad continua. No obstante, esta observación supuso que otros expertos dudasen de la veracidad de los resultados, ya que solo se observaron los ojos de los animales cuando salían a la superficie a respirar.

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