España es uno de los países del mundo más abiertos a abrir las fronteras a los refugiados y la mitad de sus ciudadanos está de acuerdo con abrirles las fronteras, aunque cada vez dudan más de que realmente lo sean y creen que se desplazan por motivos económicos, según una encuesta realizada por Ipsos.

Así, el 54% de la población es proclive a la acogida de refugiados frente al 35% que opina que deberían cerrarse las fronteras para ellos, una cifra cuatro puntos superior a la de 2017; los responsables de este incremento, dice Ipsos, son hombres menores de 35 años, con nivel educativo alto y empleo.

El 38% de los entrevistados piensa que los refugiados se integrarán con éxito, frente el 49% que opina lo contrario; en este caso, son los hombres menores de 35 en situación de desempleo los que tienen una opinión más favorable.

Se trata de una cifra parecida a la mundial, que ha descendido cinco puntos hasta situarse en el 38 % de las personas que consideran que los refugiados tienen la capacidad de integrarse.

Realizado a más de 18.000 personas de 26 países con motivo del Día Mundial de los Refugiados que se celebra mañana, del estudio se desprende además que siete de cada diez españoles está de acuerdo con que las personas puedan buscar refugio escapando de una guerra o persecución.

Sin embargo, España es el tercer país donde más ha crecido el escepticismo sobre la autenticidad de la condición de refugiado al pasar del 37 % al 45%, por detrás de México (del 49% al 59%) y Suecia (del 38% al 50%). La tasa mundial de los que creen que se desplazan por motivos económicos o para "aprovecharse" de los servicios es del 54 %.

En el otro extremo, donde más se han reducido estas dudas es en Hungría (11 puntos menos, del 66% al 55%) y Rusia (siete puntos menos, del 71% al 64%), algo que la compañía de investigación de mercados achaca a las políticas de sus gobiernos para restringir la entrada de refugiados.