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Los cursos en el extranjero de estudiantes españoles recuperan los niveles prepandemia

Querer vivir la experiencia, tener cierta madurez, un adecuado nivel de inglés y contar con el presupuesto necesario son los principales requisitos

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Carmen Labayen
@carmenlabayen

Jefa de Sociedad, Nuevas Tecnologías y Casa Real en COPE

Madrid

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 23:34

20.000 alumnos de primaria, secundaria y bachillerato estudian cada año fuera de España, el 92 por ciento de ellos en países de habla inglesa, principalmente en Estados Unidos e Irlanda. El curso pasado la demanda de este tipo de programas cayó un 40 por ciento, pero este año ya se han recuperado los niveles prepandemia.

Y para el verano lo que se espera es un boom. Según ha podido saber COPE prevén que 100.000 alumnos cursen programas internacionales, 15.000 más que en 2019. Una reactivación que se debe a la recuperación de planes aparcados durante la pandemia. Son los cálculos que hacen desde la patronal del sector, la Asociación Española de Promoción de Cursos en el Extranjero.

Una reactivación que tiene lugar a pesar de que algunos países de destino más habituales para experiencias educativas en el extranjero como Reino Unido siguen con altas tasas de COVID porque según subrayan quienes organizan este tipo de estancias “en el ámbito escolar se han extremado los controles y esto unido a la vacunación de una parte de los escolares ha contribuido a que la situación, incluso el curso pasado con 12.000 alumnos españoles estudiando fuera, haya sido relativamente normal”.

Además de constatarlo los padres han ido viendo como los distintos países han ido levantando los requisitos exigidos para estos viajes de estudios que se basan en el certificado de vacunación para mayores de 12 años y para menores test anti COVID antes de salir y, en ocasiones, también a la llegada sin obligación de cuarentena. Para mayor seguridad algunos centros escolares realizan con cierta regularidad test de antígenos a los escolares al tiempo que sigue vigente el uso de las mascarillas y de las medidas de higiene.

María está pensando en mandar a sus dos hijos a estudiar al extranjero, ellos preferirían ir a Estados Unidos, que es el primer destino de este tipo de estancias. 4 de cada diez alumnos se decantan por cruzar el charco. 3 de cada 10 ponen rumbo a Irlanda y el resto optan por Canadá y Reino Unido.

“Haces un esfuerzo económico y emocional y me gustaría que fuera lo más productivo posible, que les sirviera para su crecimiento personal y que aprendan también el idioma”, comenta esta madre que aún no ha encontrado quien le garantice un colegio en el que no haya otros chavales españoles.

A Natalia que ya ha iniciado los trámites para enviar a su hija de 11 años al Reino Unido ese aspecto no le preocupa tanto. Considera que inicialmente incluso “puede ser una ayuda siempre que sean pocos como 4 o 5 y no 20, luego por mi experiencia con mis otras dos hijas suelen siempre hacerse amigos ingleses y aprender mucho inglés”.

Antes de plantearse este tipo de estancia en el extranjero, los expertos recomiendan que el niño o el adolescente tenga ganas de ir, que maneje ya un cierto nivel del idioma que facilite su integración y también madurez suficiente para separarse de su entorno y vivir este tipo de experiencia.

“Normalmente en cuarto de la ESO y primero de bachillerato son los años en los que hay más estudiantes, los cursos más populares y es fundamental que quieran hacer este tipo de programas. En ningún caso se les debe obligar a ir si no les apetece” subraya Oscar Porras, presidente de ASPROCE.

El coste de este tipo de programas es otro de los factores a tener en cuenta: “el programa más económico es el que se llama J1 de Estados Unidos con alojamiento en una familia voluntaria que estaría por entre 10.000 a 12.000 euros el año escolar; en Irlanda algo más, en torno a los 14.000 a 16.000, en Canadá a partir de 20.000 euros dependiendo también del distrito escolar y en el Reino Unido en un internado el año escolar cuesta unos 40.000 euros”.

Natalia admite que “es una inversión, pero considera que la educación es la mejor herencia para sus hijas”. A su juicio de esta experiencia se llevan “una mochila que van a llevar cargada que en un futuro cubrirá muchas necesidades personales de fortaleza, de tenacidad, de enfrentarse a los problemas y buscarles solución porque realmente cuando tú les mandas al extranjero es una experiencia de vida”.

En su caso ha recurrido a Astex como también hizo en los dos casos anteriores. Allí trabaja como Directora de Año Escolar Ana Pedrero que considera que considera que “irse fuera es mucho más que el idioma, es una oportunidad para adquirir muchos recursos que les van a ser útiles personal y profesionalmente como el saber socializar, la empatía y la resiliencia y saberse reponer de las dificultades, todo eso es importante en chavales de 12, 13, 14 años que están en plena construcción de su personalidad” en un sistema escolar diferente “en el que tiene mucha más cabida en España además del deporte la parte artística y musical” .


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