La llegada de ómicron generó un nuevo debate de en la sociedad. Se empezó a valorar un nuevo escenario para la covid en la que se trate a esta enfermedad como una endémica y la estrategia sea similar a la que se sigue con la gripe, algo que ha generado división de opiniones sobre si conviene o no. El Gobierno de España se ha mostrado partidario de gripalizar la covid y cambiar la gestión de la pandemia, pero instituciones oficiales han mostrado su oposición a esta posibilidad.

El portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, José Jonay Ojeda, aseguró que la intención de Pedro Sánchez de tratar a la covid como una gripe tiene un error de concepto porque "la gripe no es endémica, es una enfermedad epidémica estacional" y la covid es una "epidemia con extensión pandémica". La Organización Mundial de la Salud (OMS) también cuestiona esta estrategia y su director de la oficina europea asegura que hay que tener cuidado porque el virus ha tenido cambios impredecibles y el objetivo debe ser "estabilizar la pandemia". Otro organismo que ha mostrado su oposición a gripalizar la covid es la Agencia Europea del Medicamento (EMA) advierte que no se debe tratar aún como una enfermedad endémica y que el virus es altamente contagioso.

El Gobierno de España y los defensores de esta postura confían en la efectividad de la campaña de vacunación para poder aplicar esta estrategia cuando finalice la sexta ola. De hecho, este jueves la Comisión de Salud Pública aprobó en España la tercera dosis para mayores de 18 años y un cuarto pinchazo para las personas inmunodeprimidas.

La vacunación cada cinco meses puede fatigar el sistema inmunológico

Esta base en la que se sustenta esta estrategia también ha sido cuestionada por la EMA. El organismo defiende la necesidad de las vacunas y la efectividad, pero en un informe muestra sus dudas sobre si conviene administrar dosis de refuerzo "continuamente", ya que esta situación podría saturar el sistema inmune y provocar una fatiga. Marco Cavalieri, jefe de Estrategia de Amenazas Sanitarias Biológicas y Vacunas de la EMA, manifestó su preocupación por que la estrategia de muchos gobiernos esté dirigida a vacunar cada pocos meses contra la covid. "Todavía no hemos visto datos con respecto a una cuarta dosis, y nos gustaría ver estos datos antes de poder hacer cualquier recomendación, pero al mismo tiempo, estamos bastante preocupados por una estrategia que implica la vacunación repetida en un corto plazo", asegura Marco Cavalieri.

La postura de la EMA respecto a la estrategia de vacunación es espaciar más las dosis: "Sería mejor empezar a pensar en dosis de refuerzo más espaciadas en el tiempo que se sincronicen con el invierno, como se hace con la gripe", matiza. Aunque con los casos de personas inmunodeprimidas, la EMA si apoya esta estrategia de vacunación con menos intervalo de tiempo por el mayor riesgo que tienen.

La estrategia de vacunación cada cinco meses ha causado polémica sobre todo en los casos de jóvenes que en su mayoría son leves o asintomáticos con ómicron y, como defiende la EMA, podría fatigar el sistema inmunológico. El Ministerio de Sanidad fundamenta esta postura en la reducción de la eficacia de las vacunas a partir de los cinco meses. El problema es que los expertos que avalan esta decisión son epidemiólogos y no inmunólogos, que son los que realmente son expertos en el sistema inmunitario.

La Sociedad Española de Inmunología se posiciona en contra de la dosis de refuerzo a los cinco meses para personas entre 18 y 40 años que estén sanas. "No tiene sentido dar una tercera dosis a personas sanas y jóvenes, como es el grupo entre 18 y 40 años. Y, más aún cuando muchas de ellas acaban de contagiarse con la variante ómicron y ya han adquirido un refuerzo natural", afirman.

En este sentido, Carmen Cámara, inmunóloga del Hospital de La Paz de Madrid califica de "locura" que una persona que ha pasado la enfermedad y ha generado anticuerpos se vacune cuatro semanas después. Carmen Cámara explica que es necesario dejar más descanso entre dosis, ya que de no hacerlo "corremos el riesgo de acostumbrarnos al mismo estímulo".

La expresidenta de la Sociedad Española de Inmunología y catedrática de Inmunología en la Universidad de Vigo, África González, también defiende que no se debe vacunar a aquellos que han pasado la enfermedad cuatro semanas antes. Respecto a la vacunación cada cinco meses, alerta de que se puede conseguir el efecto opuesto, la fatiga del sistema inmune que advierte la EMA. "Esto sería como contar con un ejército para ir a la guerra donde siempre se llama a los mismos soldados, sin dejarles descansar. Al final están agotados, no actúan adecuadamente, están extenuados. Al utilizar la misma vacuna estamos movilizando siempre a los mismos soldados", compara la experta.

Por tanto, un sector amplio de expertos se posiciona en contra de la estrategia de vacunación con intervalos tan cortos. Se corre el riesgo de fatigar el sistema inmune e incluso que deje de hacer el efecto esperado al haber acostumbrado al cuerpo a ese estímulo. En los casos de pacientes más vulnerables como pueden ser las personas inmunodeprimidas sí es recomendable al tener una defensa menor, pero en caso como el de los jóvenes, parece más adecuado adaptar la campaña de vacunación a las épocas de más contagios y espaciar más las dosis.