Los ruidos siempre son molestos, pero también es algo con lo que hay que convivir. Estás durmiendo en tu cama, tranquilamente, soñando con algo bonito, cuando de repente empiezan a hacer ruido los vecinos a las siete de la mañana, en el primer día del fin de semana. Sobre todo estos ruidos son especialmente molestos cuando es algo típico de todos los días.

Existe una ley para controlar esto. Se trata de la ley 37/2003, del 17 de noviembre, del Ruido. Aunque son las comunidades autónomas y los municipios los encargados de marcar los horarios y el nivel de ruido permitidos, por lo que estas cuestiones pueden variar en un sitio u otro.

Normalmente, los municipios solo permiten que se haga ruido de lunes a viernes, desde las ocho de la mañana hasta las nueve o diez de la noche. Pero, durante el fin de semana y días festivos, este horario se reduce de nueve y media de la mañana a nueve de la noche. En cuanto a las sanciones por no cumplir con la normativa, estas pueden llegar a costarnos hasta 300.000 euros, dependiendo del municipio en el que nos encontremos.

Si hablamos de la Comunidad de Madrid, los ruidos causado por mudanzas, desplazamiento de muebles, traslados o fiestas están permitidos (mientras no se superen el máximo de decibelios) desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche. Mientras que los fines de semana y días de fiesta, solo se puede hacer ruido de en casa de nueve y media de la mañana hasta las nueve de la noche.

Si nos vamos a otra Comunidad autónoma, como Andalucía, nos encontramos que su plan de contaminación acústica, por el que se regula el ruido, es desde las ocho de la mañana hasta las nueve de la noche. Sin embargo, el horario es diferente en ciudades como Sevilla, donde hay dos tramos horarios para hacer ruido que van desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde y de las cinco de la tarde hasta las nueve de la noche. Si vamos a Málaga, el horario es de ocho de la mañana a diez de la noche.

En cambio, en otras ciudades españolas, como Bilbao, San Sebastián, Valencia y Zaragoza, se permite hacer ruido hasta las diez de la noche, siempre y cuando este no supere el número de decibelios permitidos.

El nivel de decibelios permitido

Los ayuntamientos son los encargados de regular y/o delimitar el nivel límite de decibelios que se puede hacer. El nivel de decibelios varía según el horario. Por normal general, durante el horario diurno, está permitido hacer ruidos que no superen los 35 decibelios, que es un nivel de ruido similar al de una conversación entre dos personas. En cambio, durante el horario nocturno, no se permite que el ruido sea superior a los 30 decibelios, que vendría siendo el mismo nivel de ruido que dentro de una biblioteca, un cualquier recinto con gente en silencio o el ruido de los estudios de grabación.