Este es el truco infalible para hacer el mejor bizcocho casero: con tan solo tres ingredientes

El bizcocho casero es una de las recetas más habituales que se hacen en nuestra cocina, ya sea una tarde de domingo o como una rápida alternativa ante una visita inesperada. Es por esto por lo que muchas veces no da tiempo a hacer un postre más elaborado y piensas en lo clásico, dado que también es más rápido de elaborar. A pesar de ello, puede ser tan rápido como delicioso.

Asimismo, también es una gran alternativa porque solo se necesitan tres ingredientes que siempre solemos tener en casa, por lo que también te ahorras el tener que ir al supermercado a por los alimentos que dictan la receta. Esta receta tan solo lleva huevos, harina y azúcar. No hace falta ni levadura. También es opcional echar vainilla, trozos de chocolate o canela para enriquecerlo, pero no es esencial.

Antes de nada, se necesitan cuatro huevos, 120 gramos de azúcar y 120 gramos de harina común de repostería. Después comienza la elaboración. En primer lugar, separamos las yemas de las claras de los huevos, poniendo las yemas en un bol pequeño y las claras en otro más grande.

Elaboración

Añadimos 60 gramos de azúcar a las yemas y batimos los dos ingredientes con una batidora durante unos minutos, hasta que se genere una especie de crema. Hecho esto, cogemos el otro bol que teneos apartado y montamos las claras del huevo sin llegar al punto de nieve. Cuando comience a llegar al punto de consistencia, se añaden los otros 60 gramos de azúcar. Una vez echado este ingrediente, se sigue batiendo hasta sí alcanzar el punto de nieve. Este paso es muy importante, ya que el aire provocado por las claras a punto de nieve es lo que sustituye el efecto de la levadura.

Después, juntamos la mezcla de las yemas con la de las claras. Mezclamos todo con movimientos envolventes hasta tener una masa homogénea. Luego, se añade la harina. En este paso, es importante ir echándola con un colador para que se vaya tamizando y evitar así los grumos. Volvemos a mezclar haciendo movimientos envolventes, hasta que no quede ningún grumo.

Acto seguido, mientras se pone a calentar el horno, se prepara el molde donde se va a depositar la mezcla. Se pone papel vegetal o de horno en el fondo del molde para evitar que se pegue. En el caso de no tener, como alternativa también se puede untar mantequilla en el fondo. Una vez hecho esto, se introduce la masa en el molde.

Antes de nada, es importante igualar toda la masa sobre el molde para que se eleve al mismo nivel. Una vez hecho todo esto, ya es el momento de meter el molde en el horno, previamente precalentado a 180ºC. Se hornea durante 30 o 45 minutos, ya que depende del horno. Pasada la primera media hora y, si está el bizcocho dorado, lo pinchamos con un palillo. Si éste sale seco, lo podemos retirar. Pero si sigue húmedo, se deja unos minutos más. Cuando el palillo salga seco, saca el bizcocho del horno y deja que se enfríe 10 minutos.