La sociedad española envejece a pasos agigantados. Los índices de natalidad han bajado tanto que, a día de hoy, hay un millón menos de niños menores de 10 años si comparamos las cifras con las que contábamos hace una década, en 2013.

Los expertos nos aseguran que esta tendencia está lejos de invertirse. La famosa pirámide demográfica se está convirtiendo, lentamente, en una pirámide invertida.

El motivo de la bajada de la natalidad es cuestión de generación, como explica en COPE el profesor de sociología de la Universidad San Pablo CEU, Juan Carlos Jiménez, "básicamente son elecciones personales basadas en unos valores sociales donde la natalidad ya no ocupa el lugar que ocupaba con anterioridad".

Las mujeres, destaca el profesor Jiménez, "quieren seguir siendo madres, se quiere seguir teniendo hijos, pero cada vez menos, y cada vez más tarde".

Como consecuencia de esta menor natalidad en unos años nos podremos encontrar con el problema de que el número de cotizantes para seguir manteniendo en Sistema de Pensiones, sea menor del número de jubilados o pensionistas.

La necesidad de abordar el problema

El coordinador del observatorio demográfico del CEU, Alejandro Macarrón, urgía, este jueves en Herrera en COPE, a abordar por qué el crecimiento de la población española solo es un espejismo en la situación demográfica.

La sociedad española vive un invierno demográfico con un progresivo envejecimiento de la población, con una bajada muy preocupantemente la tasa de natalidad. Somos el segundo país de Europa en donde nacen menos niños.

Por ello, el crecimiento de la población “solo se explica por la inmigración”, porque si nos centramos en los españoles "mueren más de los que nacen, por lo que el grueso de las cifras se explica por la llegada de población inmigrante”, apunta el coordinador del observatorio.