La pandemia, lo hemos contado muchas veces, ha hecho mella en nuestra economía pero también en nuestra salud mental. Y esta, especialmente, en nuestros jóvenes. Un informe revela que en el último año el 43 % de entre quienes tienen entre 15 y 29 años han pensado en suicidarse. Un dato tremendo que nos lleva a la reflexión.

Los datos del III Barómetro Juvenil. Salud y Bienestar que elabora la FAD no son nada alentadores. Los pensamientos suicidas han campado al menos en una ocasión en 4 de cada 10 jóvenes el año pasado. Son 4 puntos más que en el año 2017. Lo más sangrante es que esos tremendos pensamientos son recurrentes en el 9 % de los jóvenes de 15 a 19 años, los que hace 4 años apenas pensaban en ello.

Pero hay más: el 25 % de los jóvenes se medican con psicofármacos. Y si la mitad de la juventud se automedica de forma general, en este caso, 6 de cada 10 de los que toman estos medicamentos, va al botiquín de casa y los consume sin receta.

La desesperanzada

Casi el 40 % de nuestra juventud ha sido diagnosticada de algún trastorno mental, depresión (el 45 %) y ansiedad (44 %) mayoritariamente. El 80 % confiesa haber sentido algún sufrimiento emocional, desde la tristeza, desgana, a problemas de concentración, y más del 60 % se siente estresados, con el trabajo o estudios o la situación económica.

Se triplican los problemas mentales con alta frecuencia respecto a hace cinco años y se duplican los de baja frecuencia. Detrás de todos estos datos, está la desesperanza, explica Lorenzo Cooklin, porque “solo 2 de cada 10 jóvenes piensan que mejorará su futuro. Creo que ese es un dato que debe hacernos pensar a todos, cuáles son las expectativas que les estamos dando y que son elementos motivadores, para crecer y mejorar”.

Uno de cada tres piensa que la situación empeorará, y el 40 % que seguirá igual. La mitad con mujeres.

Si la salud mental de los jóvenes es preocupantes, resulta muy triste que 2 de cada 10 con sufrimiento emocional no se lo han contado a nadie, generalmente por vergüenza, y casi la mitad evitaron acudir al médico. En este caso han pesado los motivos económicos (el 37 %) y porque subestimaron el problema, pensado que podrían resolverlo solos (el 34 %).

También ha crecido el porcentaje de jóvenes que consideran necesitar alcohol o pastillas para calmarse, son ya el 16 %.

Empeoran todos los parámetros

Si la situación emocional es mala, la percepción que los jóvenes tienen sobre su salud general ha empeorado considerablemente desde 2017: solo el 54 % se perciben con un nivel de salud óptimo, frente al casi 87 % que así se notaba hace 5 años. Aun así, el 60 % asegura llevar una vida sana.

“Todos los parámetros han empeorado”, nos cuenta Anna Sanmartín, subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, “en el plano físico ha bajado 30 puntos porcentuales la percepción de buena salud, en el plano mental 8 de cada 10 jóvenes y adolescentes dicen haber sentido algún malestar en el último año, la idea suicida también crece y especialmente de 15 a 19 años, lo que yo creo debe preocuparnos todavía más”.

Por cierto, son las chicas las que tienen peor salud mental. Otro dato para la reflexión.